¿Se hará la sorda una vez más la justicia ante las grabaciones del juez Alba y Miguel Ángel Ramírez?

12 may 16. Se supone que un juez está para impartir justicia, pero ya sabemos que la citada en España y en Canarias se reparte a interés y conveniencia; tal vez por la inapropiada y nada aconsejable venda que tapa sus ojos o más bien por los mindundis personajes sin escrúpulos que abundan entre la "clase judicial". O al menos yo lo sé, porque cuando escucho que España es un país democrático donde la dichosa justicia es imparcial y libre de toda duda se me cae el alma al suelo, más por impotencia que por cabreo, porque lo segundo con los años se aprende a cargar lo justo.

Que Miguel Ángel Ramírez es un tipo de cuidado y nada recomendable ya lo sabemos, o al menos yo lo sé. Un aparcacoches de Tamaraceite que se convierte en el rey de la seguridad estatal y objeto de orlas y cruces militares en su solapa es para algunos todo un ejemplo de cómo este sistema neoliberar ofrece oportunidades de "éxito" tanto a un pringao como a uno de buena familia y destacado apellido. Pero ya sabemos, o al menos yo lo sé, que nadie se hace rico sin la ayuda de las trampas que guarda este sistema.

Que Victoria Rosell tampoco es trigo limpio ya lo sabemos, yo lo sé, aunque hay quien vocifera su ira contra ella con ridículos argumentos por el simple hecho de pertenecer a un partido al que se le atribuyen etiquetas como bolivariano, chavista, coreano del norte, iraní, marxista, troskista, proetarra... cuando en realidad no es más que un partido socialdemócrata con ciertas tendencias más a la izquierda que no se atreve, por ahora, a llevar en su programa.

Que el tal juez Alba, eminente y evidente repartidor de injusticias es muy, pero que muy amigo de Pepe Manuel Soria, pues eso.

En Canarias hay dos casos, que yo recuerde, en que la justicia, además de ciega, mostró preocupantes síntomas de sordera:

uno cuando el Marqués de La Oliva, el fascistoide Domingo González Arroyo, ofrecía "un kilillo" a un concejal de la oposición que resultó salir honesto y publicó la grabación que hizo de la conversación. La justicia, ciega y sorda, archivó el caso aludiendo que aquella voz no era del pintoresco marqués que presumía de haberse cepillado a unas cuantas mozas del pueblo.

... otro, más reciente, implicaba al actual presidente Fernando Clavijo otorgando favores para la adjudicación de viviendas. El caso se archivó porque la justicia sentenció que la prueba del delito, la grabación, fue adquirida de forma ilegal.

La justicia seguirá padeciendo ceguera aunque se limpie una legaña como el juez Alba, pero ¿se hará una vez más la sorda ante una grabación tan brutal como esta? ¿o dará palos de ciego como excusa para alargar el proceso?:

Enlace al audio

Jorge Guerra.