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La lluvia en mi ventana (Ana María Dolores Sánchez Medina) |
23 nov 14. Fueron los caciques quienes convencieron al dictador Franco para construir la mayoría de las presas que vemos hoy días en los barrancos de esta comarca norte de Gran Canaria. La platanera, insaciable de agua, ha ido retrocediendo ante la presión demográfica y sobre todo ante el ninguneo de las administraciones, que gastan 70 millones de euros para un partido de baloncesto, hacia un sector primario que además de ser casi exponencial lucha en desigualdad de condiciones contra la importación subvencionada por el R.E.A.
Aquellos que ven en el sector primario una salida al paro, o cuanto menos a su sustento, se tragan las lágrimas cuando la lluvia cae por estas tierras sedientas, rebosando los barrancos para perderse en el mar mientras los periódicos y televisiones locales hacen de ello un espectáculo, que lo es, pero silencian de manera sospechosa que esta isla necesita planes hidrológicos que eviten esta incalculable pérdida.
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