Llega la apisonadora pepera

31 oct 11. Este sábado pasado Intereconomía entrevistaba a una futurible ministra del previsible gobierno de Rajoy y como trabajador que soy se me hizo un nudo en la garganta ante el panorama laboral que este partido pretende llevar a cabo con la legislación que quieren imponer.

Exponía la seño que cuando lleguen al gobierno convertirán el INEM en agencias privadas de empleo y convertirán al empresario en dueño y señor de sus esclavos al flexibilizar la disponibilidad ocupacional de sus trabajadores. O sea, dicho en castellano, si eres chófer pueden obligarte a ejercer de limpiador del almacén, así, par entendernos. Y mucho más que nos espera cuando la derecha oficial pepera siga la agenda de la derecha oficialista sociata que Zapatero y los suyos han venido ejerciendo en los últimos años.

Si bien esto era de esperar porque son las maneras de la derecha de entender la política laboral, además de las privatizaciones a destajo que serán la continuación de la política de Zapatero, lo más indignante fueron las declaraciones del pijo Javier Arenas ayer en la radio al declarar que su partido hará la misma política que hizo cuando Aznar creó cinco millones de empleos. Ufff, respiro profundo porque ante tamaña mentira hay que pensarse dos veces las teclas que debo pulsar:

Aznar y el PP son los culpables directos del paro y la crisis que hay en el estado español porque su política de empleo se basó en el boom de la construcción que ha destruido media España y que le reventó al bobaina de Zapatero en sus narices. Aznar sabía lo que hacía cuando se fotografió en las Azores y reformó la Ley del Suelo para construir hasta en el Roque Nublo, a sabiendas de que estaba enriqueciendo al estado de manera ficticia, tal como ha visto el españolito cuando despertó de sus sueños de nuevos ricos.

Y encima, las encuestas en Canarias le dan 9 de 15 diputados al Partido Popular. Y no es que lo hasta ahora visto sea mejor, ni mucho menos, sino que el bipartidismo impera porque tenemos lo que nos merecemos: una dictadura de partidos.