Capítulo XV

Ensanche del término parroquial.—¡Moros en la Costa!.—Fundación del convento de San Juan de Ortega.—Primera procesión de San Juan Bautista a Las Palmas.—Sinodales del Obispo Murga.

Olvidados un tanto con el trajín de los ingenios, aquellos días amargos que nos hicieron pasar los holandeses y la peste que diezmó este caserío el año 1601, acordaron los vecinos ensanchar la iglesia parroquial, que era m uy pequeña.

En 1603 estaban ya construyendo una capilla en el lado del Evangelio, en honor a la Sma. Virgen del Rosario; y junto al templo habían destinado un sitio para cementerio.

Para estas reformas eran necesarias limosnas abundantes, y las tuvimos espléndidas del Dr. Don Bartolomé Cayrasco de Figueroa, Canónigo de Las Palmas, amigo de Cervantes y de Lope de Vega, poeta de prestigio en toda España, siendo su donativo cuatro tijeras, que se vendieron en trece reales, y siete docenas de tablas que valieron trescientos quince.

Poco después se edificó una capilla para el Santa Cristo, Virgen de la Soledad y San Juan Evangelista, quedando en forma de cruz la planta de la iglesia. (1).

En 1607 cayó sobre Gran Canaria una desoladora nube de cigarras, no librándose Arucas del estrago. (2).

Desde dicho año hasta el de 1613 tuvimos siete curas, frailes casi todos ellos; pero en mayo de este último año vino a regentar la Parroquia Don Juan Pérez Ojeda, el cual permaneció aquí veintisiete años, acaeciendo en este espacio de tiempo varios sucesos dignos de mención (3).

En septiembre de 1613 atracaron en Bañaderos varias naves argelinas, y los moros se internaron legua y media por estos contornos sin que nadie les hiciese resistencia. El Capitán General, don Juan Rivera de Zambrana, dio órdenes y fijó puestos a las milicias para contener al enemigo mientras se organizaba la expulsión; pero los moros se marcharon por su propia iniciativa, sin molestar a nadie (4).

Dos meses después, es decir, el martes 18 de noviembre, se verificó la fundación del convento de dominicos de Firgas, bajo la advocación de San Juan de Ortega. (5).

En 1615, un temporal deshizo las fincas, arruinando por completo nuestra agricultura. El 4 de julio del mismo año visitó esta parroquia el Obispo don Antonio Carrionero, quien halló fundada la cofradía de San Juan Bautista y reprimió los gastos que, a su entender, excesivos, se estaban haciendo en la fiesta del Santo Patrono, cuya devoción vino a aumentar un suceso inesperado. (6).

Padecía la isla muchas calamidades; y el sábado seis de marzo de 1627 acordaron los canónigos traer a Las Palmas en rogativas a la Santísima Virgen del Pino, a nuestro San Juan Bautista y a Santa Brígida. Desde aquel día no volvió a salir de Teror la venerada imagen sin que fuera acompañada por la del Patrono de Arucas. (7).

Entre tanto se fueron introduciendo en nuestra Parroquia varios abusos. Las señoras habían adoptado la costumbre de sentarse en el presbiterio. Los alcaldes volvieron a hacer justicia pública en la plaza de la iglesia, en los días de fiesta. Los frailes y vecinos de Firgas se las entendían por su cuenta, con licencia o tolerancia del buen cura, que se condolía de aquellos feligreses por la distancia, malos caminos e inclemencias del tiempo. Hasta que de ello se enteró el Obispo don Cristóbal de la Cámara y Murga, que a la sazón gobernaba la diócesis.

Era don Cristóbal señor de grandes virtudes y muy compasivo, pero le gustaba el orden. Por esto prohibió, bajo pena de excomunión, que las mujeres volvieran a sentarse en el presbiterio; y si el Sr. Cura lo permitía, quedaría excomulgado también. Al Alcalde le manifestó que no debía seguir haciendo justicia en los días de precepto, por las razones que ya se indicaron en el capítulo XII de la presente obra. Ordenó en las tres Pascuas y en la festividad del Corpus, mandando al Sr. Cura que, al que faltase, le impusiera por primera vez dos reales de multa, cuatro la segunda, y así sucesivamente, además de dar cuenta al Obispado. En las Constituciones Sinodales que publicó al año siguiente, prohibe a los frailes de Firgas que ejerzan en su iglesia ministerios parroquiales, ordena que todo el vecindario de Firgas se bautice y cumpla con la Iglesia en la Parroquia de San Juan Bautista, y manda al Sr. Cura que no vuelva a dar licencias para estas obligaciones en otro templo. (8).

Es que el Sr. Obispo parecía temer que los frailes de Firgas pudiesen, en el transcurso de los años, alegar derechos de posesión para ejercer funciones parroquiales en su iglesia; como había sucedido con los frailes de Hermigua y la parroquia de San Sebastián de la Gomera; lo que motivó un pleito ruidoso que le acarreó muchos disgustos...

¡Vale más prever que lamentar!


(1) A.P.A. Libro 1° de Fábrica. F" 121. Año 1603. U» Visita Pastoral.
(2) Antiguas Ordenanzas de Tenerife. A. Millares Torres. Historia General de las Islas Canarias.
(3) A.P.A. Libro de Memorias de la Parrouia. Lista de los Curas, desde el núm. 12, Fr. Bartolqomé de Vega, hasta el núm. -8, D. Juan Pérez Ojeda.
(4) Historial Gral. de las Islas Canarias. A. Millares Torres. T° IV, páginas 20 y 21.
(5) J. Viera y Clavijo. Historia de las Islas Canarias. L° 18, página 32.
(6) A.P.A. Libro \° de Fábrica. Visita duodécima.
(7) Extracto de las Actas del Cabildo Catedral de Canarias. Día 18 de febrero y 6 de marzo del año 1627. (Copia de A. Millares Torres. Museo Canario)
(8) A.P.A. L° I de Fábrica. Visita pastoral del Ledo. D. Diego Vélez de Matamala, por el Obispo Sr. de la Cámara y Murga, en 11 de noviembre de 1628.


Del libro: Historia de Arucas
Autor: Pedro Marcelino Quintana.