¿Arucas necesita masa forestal?

16 jul 15. Por Cristóbal Navarro Saavedra.- Ante esta pregunta sólo cabe contestar un contundente sí. Nuestro municipio adolece de espacios verdes maduros y estables ya sean en lugares públicos o bien privados. El volumen y dispersión de la población que tiene Arucas es elevado si tenemos en cuenta la presión que se ejerce en el maltrecho medio. Es por esto por lo que considerar la necesidad de masa forestal no sólo arrastra un carácter de urgencia sino que es una deuda por los motivos que, a continuación mencionaré.

¿Por qué tenemos escasez de bosques?

Por nuestra propia historia. Los cultivos de caña precisaron una ingente cantidad de madera para la elaboración del preciado azúcar. Las plataneras han exigido una altísima calidad de aguas que han sido extraídas de las entrañas de la isla. Los mejores espacios, incluidas las laderas de muchas montañas y lomos han sido empleados para el cultivo o bien para construcciones de cualquier tipo, todo ello en detrimento de los espacios verdes. La cultura del cuidado del entorno fue progresivamente relegándose a jardines privados, cultivos y poco más. Es por tanto una deuda hacia nosotros mismos devolver ciertos mantos verdes a nuestra “casa común”.

¿Qué beneficios podríamos alcanzar con bosques en Arucas?

Ésta es posiblemente la clave en la que debemos fundamentar la postura que moldee nuestra actitud actual, es decir el bosque aporta siempre en positivo y no al contrario.

Cualquier municipio que disponga de bosques logra ingresos consecuentes a la explotación de los mismos: extracción de la brea en pinares, campamentos de verano, explotación controlada de madera, actividades deportivas y de ocio en la naturaleza para todas las edades, educación de medioambiental para escolares y como educación no formal…

Reinventarnos en la salida de la crisis también supone un cambio de mentalidad hacia la explotación económica y por qué no, de nuestro entorno natural a favor del mismo, sin que esto sea un concepto novedoso. No lo es, pues ya se viene haciendo durante décadas en distintos puntos de la geografía nacional e internacional.

El bosque nos aporta equilibrio térmico (contrastes entre frío y calor), en verano hace efecto de paraguas dado que también nos protege de las altas temperaturas y en invierno evita la pérdida de suelo y de la erosión tan agresiva que sufrimos. Si, además atendemos al cambio climático que nos visita, pues estamos adelantándonos a sus consecuencias amortiguando los efectos negativos como: cambios de temperatura, lluvias torrenciales…

La sufrida falta de suelo que nos afecta precisa de pasos agigantados y metódicos. Las cicatrices del suelo, en forma de riscos o rocas muestran el desgaste. Este último concepto tiene solución si hay voluntades.

Con todo conseguiremos numerosas alternativas: el aumento de la biodiversidad (flora y fauna), la estabilidad térmica, le mejora de la calidad paisajística (no sólo para el turismo, sino que también para los vecinos), el esparcimiento social como liberación de la presión urbana, además de los beneficios que aporta su uso y gestión como anteriormente se citaron son argumentos más que suficientes para tratar de buscar soluciones a favor de una cultura del árbol inexistente en nuestro municipio.

¿Dónde poder actuar?

-Espacios públicos: En espacios como márgenes de cauces de barrancos y espacios propiedad pública con planes continuados y estables cuyo seguimiento permita resultados eficaces en vez de planes aislados y efímeros que pierden eficacia por la inestabilidad.

Ciertas crestas de lomos de Arucas tienen asignadas un tipo de protección que no lleva otra actuación que la natural de repoblación. Por este motivo una recuperación de bosques autóctonos será la apuesta a conseguir.

-Espacios privados: Una apuesta puede ser la aplicación de cultivos arborícolas pertinentes que sean pocos exigentes en suelo y agua. Apostar por este planteamiento no es difícil, habida cuenta de algunos escarpados lugares en laderas en las que puede llevarse a cabo una actuación con frutales como higueras… ¿y si se elaboraran otros productos con la marca Arucas?, ¿Y si fuera marca Norte de Gran Canaria?.

Para seguir este concepto se precisan convenios de colaboración en los que actúen entidades públicas y privadas. Un estudio multidisciplinar por técnicos que valoren el suelo, las aguas, el clima… de Arucas, puede fomentar un cultivo eficaz con el que estimular la actividad económica del municipio. Existen espacios que no se explotan en la actualidad con cultivos por motivos varios, por tanto el interés por esta línea de trabajo sólo precisa de voluntades en esta línea. Otros municipios han logrado unificar lo público y lo privado encauzando los esfuerzos hacia el cultivo del manzano. A la vista están los resultados.

Ya sea bosque con flora autóctona o bien con frutal, Arucas precisa de una actuación oportuna cuya campaña sigue a debate sin llevarse a cabo de manera metódica, interdisciplinar, y contundente. La inversión también lleva un trabajo serio y paralelo no importa su origen: público, privado... pero ya ésa sería otra propuesta de trabajo: la gestión.