19 mar 15. Esta primera imagen electoralista a la salida de la capital de un candidato a la alcaldía de Arucas sirve como ejemplo para reflexionar y entender que la democracia representativa deja de ser democrática y equitativa para convertirse en una herramienta viciada y manipulada desde sus inicios por el poder del dinero.
Un proceso electoral donde quien dispone de millones de euros para sus campañas frente a otras propuestas de partidos que carecen de fondos para competir en igualdad de condiciones es un proceso tramposo, viciado y falto del más mínimo sentido que la idea de democracia promulga porque se impone de manera ventajista su poder económico para divulgar sus propuestas y por lo tanto quien más tenga más llega al electorado. Esto por sí sólo es suficiente para deslegitimar este sistema.
Si a esto añadimos las sumas de dinero público que reciben según representatividad y el constante bombardeo mediático durante todo el año apareciendo día sí y día también en las pantallas de televisión y en los periódicos, mientras otros con propuestas tan valiosas como las suyas no existen porque las puertas de estos medios están cerradas para ellos. Es como creer más inteligente a quien tiene más biceps.
Sólo partidos con respaldo económico de sectores interesados en obtener priviligios cuando gobiernen tienen la capacidad para llenar de folletos y panfletos todos los buzones de nuestros hogares mientras otros apenas llegan.
En este contexto nos presentan una serie muy poco plural de opciones políticas como forma de implantar un pensamiento único con pocos matices que los diferencien para así disfrazar este sistema de democrático.
Por tanto, y por este simple ejercicio de reflexión, la democracia que vivimos carece de ética porque sus propuestas políticas ni son las mejores ni son las únicas, sino las más costosas por ser partidos para ricos y para ciertos intereses concretos.
Acabar con esto y convertirlo en algo más justo es fácil porque existen fórmulas más equitativas, pero mientras gobiernen los ricos y no se cambie la ley electoral y la transparencia de los partidos seguirán gobernando los ricos... y así nos va.
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