Publicidad Helios

Corría la década de los cincuenta, del pasado siglo. En plena Ley del Silencio, sonaba el tema musical de la película El puente sobre el río Kwai, sintonía y música de fondo de la proyección de películas y anuncios desde la azotea del Mercado Municipal, sobre el techo del Bar de la Reina Mora en Arucas.

Azotea del mercado antes de la reforma
La Plaza de San Sebastián y el adjunto Parque de los gansos se llenaban a tope, principalmente los jueves de todas las semanas, a partir de las nueve de la noche. Gracias a la benevolencia del alcalde Don Francisco Ferrera, que algunas veces asistía como cualquier vecino más, pudimos hacer ruido musical en unas horas prohibidas por ley. Era una época donde, todavía, existía el famoso paseo en las calles de León y Castillo hasta el final de Francisco Gourié, en la Heredad. Por esos años la gente solo tenía el entretenimiento del cine, el fútbol y algunos la radio. Para pasar las horas muertas se reunían en estos lugares y hablaban de sus cosas, alegrando la tarde con unas copillas de buen ron con olorosos enyesques. Otros preferían entablar relaciones con el sexo opuesto durante el paseo. Por lo tanto, la novedad de unas películas al aire libre, y gratis, llenaban la curiosidad y el tiempo muerto de muchas personas.

El promotor de tales ideas fue el siempre original Bruno Déniz Oliva. Había comprado un equipo amplificador y dos altavoces Philips, a los que el técnico Isidro Pérez Medina adaptó para que pudieran alimentarse con la electricidad de una batería de 12 voltios. Y, micrófono en mano, Bruno iba desgranado la propaganda de diversos establecimientos, partidos de fútbol o cualquier evento que interesara al general público.
Naturalmente se necesitaba música y, también, se adaptó un tocadiscos de la misma marca con el que se animaba la lectura de los anuncios, siempre con la sintonía de la marcha del Puente sobre el río kwai.


Bruno, Manolín y Paco S. Travieso


A simple vista parece sencillo, pero la realización de estas faenas consistía en una pequeña odisea. Se usaba un taxi, casi siempre el de Simón El de los Portales, hombre paciente y buena persona, que no se cabreaba en exceso cuando se le quemaba el embrague, principalmente en la marcha lenta de las procesiones. Bruno, sentado, junto al conductor se ocupaba de la locución de los anuncios o lo que fuera. A veces su sitio lo ocupaba un sacerdote, si se trataba de una procesión. En el asiento trasero iba el que esto escribe, con el amplificador y los disco a un lado, para controlar la emisión con los mandos del amplificador ya que no teníamos mesa de mezclas, y el tocadiscos sobre las rodillas, haciendo equilibrios para que la aguja no se deslizara y el disco sonara sin ruidos y lo más fiel posible. Es fácil comprender lo complicado del asunto teniendo en cuenta los adoquinados de nuestras viejas calles.

Otras veces nos trasladábamos al lugar de alguna fiesta o asociación de vecinos o sociedades para animar los festejos o el baile. Recuerdo las de La Vírgen de la Peña en El Palmar de Teror, donde colocando un altavoz en la cubierta se nos abrió un agujero en las tejas y casi caímos sobre el altar.

Aparte de los recorridos por las calles de Arucas, asistíamos a las fiestas de Tenoya, Carretería de Moya, barrios de Arucas, etc.

En una de las fiestas patronales de San Juan, se instaló una plaza de toros en el campo de fútbol de Juan Cardona, el mismo que hoy posee el Colegio La Salle.
Colocamos todo el tinglado de altavoces, que luego pasaríamos a la fiesta principal en los aledaños del Mercado Municipal.

En las fiestas de San Juan

Recuerdo que el torero, en fin novillero, un muchacho muy joven del que no recuerdo el nombre, se negaba a salir y hubo que convencerle para que perdiera el miedo, y terminó la corrida sin más consecuencias. Creo que ésta fue la primera vez que se realizaron corridas de toros en Arucas. Posteriormente, y en una época en que me encontraba fuera de la isla, se instaló una plaza en Santidad, más arriba del Mesón Canario, donde actualmente se encuentra el Colegio.

Bruno, por su carácter jovial y abierto, gozaba de cierta popularidad y atraía, principalmente, a la gente joven y por lo tanto nuestras locuras y originalidades siempre fueron aceptadas. No se porque escogió el nombre de Helios para sus diversas actividades, pero lo cierto es que lo usó en varias ocasiones, tales como, publicidad, taller de motos, ferretería en Villa Cisneros, etc..

Arucas, en esa época, tenía una actividad eminentemente agrícola y el resto, mayoritariamente, eran servicios dedicados a complementar de alguna forma la agricultura. Por lo tanto, las salidas para la gente joven eran mínimas, por no decir nulas. Pero Bruno siempre se distinguió por una gran querencia hacia su pueblo.
Muchas veces le propuse montar algo en otros lugares con mejores expectativas, pero seguía convencido de que en su pueblo se podría vivir de su trabajo.

Combinábamos la propaganda con cualquier actividad que fuésemos capaces de realizar. Vendimos y colocamos persianas danesas, motobombas diesel para los pequeños pozos de la Vega de Arucas, instalaciones eléctricas, rotulación de carteles y diapositivas, alquiler de lavadoras, etc.

Hay que reconocer que nuestra principal virtud era trabajar sin horario y con pocos o nulos beneficios. No teníamos experiencia en los negocios, ni dinero y la tecnología necesaria la adquiríamos de forma empírica y autodidacta.

Tampoco había donde aprender. En esa época solo existía en la isla una agencia de Publicidad, Atlantis y Fotograbado Ascanio, pero, como es lógico nadie permitía que sus pequeños secretos profesionales fueran difundidos. Por lo tanto aprendimos a golpe de experimentación y equivocándonos continuamente.

No obstante, si hubo personas que nos ayudaron desinteresadamente. Hemos de reseñar a los fotógrafos Rafa, Tolvisco y Martínez. David J. Nieves nos alquilaba las películas y nos ayudaba en lo que podía. También Manolin, que en esa época empezaba su profesión de fotógrafo estaba siempre con nosotros.

La proyección de películas tiene otra historia.

En la oficina

En Cádiz, en verano, había visto que en algunos solares y por la noche proyectaban películas al aire libre. Esto me dio la idea de combinar las películas y la propaganda, como se hace en los cines.

Acababa de terminar Radio electrónica en CuatroVientos y, anteriormente, había realizado prácticas de operador de cine en el Teatro Cine de Arucas. Se lo comenté a Bruno y le pareció buena idea. Empezamos a trabajar sobre el tema.

La idea primaria consistió en la proyección desde la azotea de un edificio situado al sur del Parque de San Telmo en Las Palmas. Encontramos muchas dificultades, municipales, etc. y desistimos de este emplazamiento. No obstante pasado algún tiempo, una vez que volvía para Arucas pude ver una proyección en el mismo lugar que nosotros habíamos elegido. Nunca supimos quien lo realizaba, pero duraron muy poco.

Otro proyecto, que también chocó con el municipio y la Ley del Silencio, fue con la Autoescuela María del Carmen. Su esposo, Don Simón Benítez, puso a nuestra disposición una guagua que había que adaptar en la parte trasera, para colocar la pantalla. A pesar de la buena disposición de Don Simón no pudimos llevar a cabo el proyecto por los problemas anteriormente expuestos.
Al final el alcalde de Arucas nos dio los permisos para poder proyectar desde la azotea del Mercado Municipal.

Colocamos dos mástiles sobre el pretil de la azotea del mercado, que estuvieron colocados hasta hace pocos años a pesar que la mayoría de las personas que los veían no sabían para que se usaron, con dos poleas para poder izar y arriar la pantalla.

Con la pantalla empezaron nuestros problemas. No había, en el mercado, pantallas de estas características. Debía ser traslúcida para proyectar por un lado y verla por el otro.
Al final encontramos un tejido, creo que se llama can can, y una costurera nos la preparó.

El proyector sonoro no se donde lo adquirió Bruno, pero era bastante manejable para poder montarlo y desmontarlo en cada proyección. Más adelante se adquirió otro, también sonoro, de 8 mm.

Pero aquí empezaron los problemas. Si proyectábamos normalmente, el público de la plaza veía la película al revés. Nicolás Díaz, el carpintero, hombre muy aficionado al cine y poseedor de un proyector profesional para su uso particular, nos vendió un condensador para invertir la imagen y un objetivo adicional con lo que se lograba que desde la plaza se viera correctamente la película. También tuvimos que construir y adaptar porta diapositivas para la publicidad.

Otro problema era la confección de las diapositivas. La mayoría las teníamos que realizar y no poseíamos laboratorio de fotograbado ni nada parecido. Martínez, el fotógrafo, nos asesoró y usando tintas Fix, mucha paciencia y más fallos que aciertos conseguimos realizar las diapositivas. También usamos una antigua cámara de cajón para fotografiar sobre cristal y colorear las imágenes.

Más adelante compramos un magnetofón de bobinas, marca Grunding, en el que grabábamos la audición con bastante calidad. Rafa nos prestó un tomavistas de 8 mm con tres objetivos, tipo revólver, normal, tele y gran angular, con el que realizábamos la mayoría de las filmaciones y Martínez nos dejó uno de 16 mm, de manivela, con los que realizábamos reportajes deportivos, familiares, primeras comuniones, etc.

En Utiaca, durante una gira
Muchas anécdotas podíamos contar, como la gran gira de la Vuelta al mundo con un gran número de coches por Santa Brígida, San Mateo y Teror, con la compañía de Pepe El Grande y Rafael, dos gigantescos muchachos que llamaban la atención por donde quiera que pasaban. O el alquiler de lavadoras, que transportábamos en la moto, Montesa, de Bruno. Las señoras, al principio eran reacias a tales artilugios, en cuanto la probaban se compraban una máquina y el resultado de nuestra intervención revertía en los beneficios del establecimiento vendedor y no en nosotros. Esto demuestra que nuestra experiencia comercial dejaba mucho que desear. Posiblemente hoy actuaríamos de otra forma. Pero esto no tiene remedio.

No obstante, es agradable recordar cuando nos dirigíamos a la plaza para realizar la proyección y éramos acompañados por un buen número de ayudantes siempre dispuestos a cargar con cualquier artefacto. A veces aparecían elementos curiosos, como el Dalí de Guía, más conocido como El hombre de la voz metálica.

Bastante tiempo se estuvo proyectando, siendo la primera película El Mundo del Silencio del comandante Jacques Yves Cousteau. Al final los beneficios no iban acorde al tiempo y trabajo realizados y cesaron estas actividades. Pero el recuerdo de los buenos momentos y de los amigos que nos acompañaban, algunos por desgracia ya no están con nosotros, nos hace recordar estos años como irrepetibles e inolvidables.

Agradecimiento a nuestros amigos, acompañantes y colaboradores que siempre nos animaban a seguir adelante:

+Bruno, +Rafa, +Manolo Cabrera, Martínez, Tolvisco, David J. Nieves, Manolin, Juan Antonio Ferrera, Segundo Díaz, Carreño, Antonio Ortega, Romanones, ect.


En Arucas a 17 de Enero de 2006
Francisco E. Santana Travieso

2 Comentarios Blogger:

J. Gerardo dijo...

Era demasiado joven cuando ocurrían esas hazañas de las que nadie habla, gente joven, emprendedora, con ganas de hacer algo distinto, y hacerlo pensando en la gente que, entonces, disfrutaba de nuestra privilegiada ciudad. Por lo que se nos cuenta, siempre andaban "enredando" buscando fórumlas alternativas, creando, desde la nada, historias y artilugios.
Yo llegué a Arucas mucho más tarde, finales de los 60, cuando Bruno, que en paz descanse, tenía los futbolines en el Terrero, maquinitas de "a peseta la partida" llenas de luces, billares de reloj, y alguna tronera que otra...
Más tarde tuvo su "balcón" y su "Cabruno" en la plaza; hombre lleno de ideas, siempre estuvo ahí, dando y sirviendo a su gente.
Es una pena que se nos fuera, vaya mi más sentido homenaje a alguien que sé, con certeza, que era un "aruquense de pro"...

Anónimo respondió...

Uff, me acuerdo de los futbolines en El Terrero. Qué tiempos aquellos!!

Responder

Si tiene cuenta de Google o correo de Gmail inicie primero sesión AQUÍ y luego vuelva al blog y elija en el desplegable bajo este texto en "Comentar como" la opción "Cuenta de Google".
Si no tiene cuenta en Google o Gmail hágala con unos sencillos pasos aquí
Puede comentar con su perfil de Facebook utilizando la caja de comentarios que tiene encima de este texto.
Agradecemos su tiempo y dedicación a leer el blog y a participar y comentarnos sus inquietudes.
Los comentarios y opiniones son responsabilidad del autor de los mismos. Seamos respetuosos y hagamos debate constructivo.
Lea nuestras Condiciones de uso