De la Fe y San Borondón

13 jun 12. Jaime Rubio Rosales
Recuerdo a María Dolores de la Fe como madre de unos queridos
amigos y como escritora vital y de gran sentido del humor.
Pero hubo un suceso que vivió la insigne escritora canaria en 1971 y que dejó para la posteridad en una entrevista que le hizo La Vanguardia, de Barcelona, en aquel tiempo.
Para ser justos debo decir que el dato viene recogido en el libro, “La isla perdida”, de Manuel Poggio y Luis Regueira, en el que hacen un repaso de las diversas teorías, avistamientos, testimonios y documentos sobre el fenómeno de San Borondón a lo largo de la historia hasta 2009.

En este interesante libro se dice que “Gran Canaria no es ajena a los últimos visionados samborondianos. Podemos recordar el que tuvo en 1971 la escritora costumbrista, María Dolores de la Fe, regresando en avión desde La Palma ( a donde había ido a contemplar las erupcionas volcánicas en Fuencaliente), observó asombrada la presencia de una isla ente Gran Canaria y Tenerife. Jocosamente, se hizo la espinosa pregunta de a qué provincia habría de pertenecer”

Cuando Luis Regueira, uno de los autores del citado libro me mandó una copia del ejemplar del periódico “La Vanguardia” (donde De la Fe había confesado el avistamiento por primera vez), enseguida respiré aliviado al saber que no era el único que la había visto en esa latitud, aunque yo lo hice en 2003, y la filmé para dejar una prueba comprobable y tangible para la posteridad.

No vamos a entrar a enumerar aquí la media docena de teorías sobre qué es San Borondón, algo que se explica estupendamente en “La isla perdida”. Lo único cierto es que hay cientos de testimonios de personas que, a lo largo de los siglos, afirman haber visto la misteriosa isla. Y el de María Dolores de la Fe es de los más recientes y la posición coincide con la de otros testimonios de avistamientos hechos desde Gran Canaria.

Ahora que nuestra insigne escritora ha pasado al otro plano, tal vez se encuentre allí con la auténtica isla de San Borondón y descubra las claves de su avistamiento entre las Islas Canarias. Y, seguramente, el descubrimiento le hará sonreir por toda la eternidad.