Defendiéndome con el caso Bárcenas

14 jul 13. Bárcenas le insta a Rajoy "que le diga a la prensa lo que tiene que decir" . O sea, la prensa española no es libre, ni imparcial, ni justa, ni honesta. La prensa española manipula y desinforma... se vende al mejor postor.

En las cuentas de Bárcenas aparecen ingresos al PP de constructoras y empresarios. Es decir, si yo doy 100.000 euros al partido, como hizo el marido de Cospedal, entre otros muchos, estoy corrompiendo porque busco influir en decisiones, en adjudicaciones, compro voluntades. Soy corrupto y unto a corruptos por permitirlo. Estas prácticas se justifican de manera sectaria atribuyéndolas a la escasa ética de los seres humanos. Y me niego a pasar por ahí porque esa prácticas ocurren porque la supuesta democracia española es como un queso gruyere, agrietado de manera deliberada para permitir que la corrupción sea el lubricante que sostiene un sistema capitalista diseñado en España por la CIA para mantener a los mismos poderes fácticos del franquismo bajo la lapidaria frase de "todo está atado y bien atado" Este agujero lo arregla mi vecino el albañil taponándolo con normativas que transparenten la financiación de los partidos políticos.

Si en España viviste bien unas décadas, y toda una generación nació con un pan bajo el brazo, ha sido porque los poderes fácticos del mundo, los Amos, inyectaron dinero europeo para entrar en el euro y en su maquinaria belicista. Esto y la burbuja inmobiliaria que creó Aznar y sopló Zapatero ha hecho que de tanta riqueza para los de arriba, las migajas para los trabajadores hayan sido de oro.

SMS entre Rajoy y Bácenas

Y me llamas antisistema como si fuera un delito. Me señalas como enemigo porque clamo desde hace décadas por derrumbarlo y plantar otro sin grietas, sin la CIA y sin poderes fácticos que fabriquen un nuevo engaño para otras tres generaciones. Volverás a votarles, a estos o sus sustitutos, con tal de que los "demonios" no gobiernen. Pues sí, soy anti-este-sistema porque el problema no son los partidos, ni las personas, sino el agrietado sistema que lo permite.