Corea

7 abr 13. La mano oculta que maneja el mundo fabrica y coloca peones para usarlos poniéndolos en juego cuando convenga. Una mano que trabaja con perspectivas a muy largo plazo difíciles de detectar por el común. Son como el club de fútbol que cambia de jugadores y mantiene a pesar de todo el mismo estilo de juego. Peones fabricados son Saddam Hussein, Bin Laden, Castro, Chávez o Gadafi, entre otros muchos, que al igual que en el simil futbolístico dan de baja cuando lo consideren necesario, por ejemplo, matándolos o enfermándolos de forma virtual.

Corea del Sur es en la práctica un protectorado del brazo imperialista de la mano oculta. Corea del Norte es el antagónico creado por los mismos como el rival necesario para generar un conflicto que en realidad, por ahora, son amagos que justifican maniobras militares, leyes represoras y sobre todo su arma más letal: el miedo.

Kim Jong-un, el cara de niño líder de los del Norte, fue educado nada más y nada menos que en Suiza. Bin Laden, el líder de una inexistente banda terrorista ideada por la CIA, también estudió en Suiza. Son peones adiestrados, tanto para el neoliberalismo como para el comunismo más férreo porque son los dos extremos en los que se asienta el juego al que nos someten, a su juego.

Todo es mentira. La única verdad es el sufrimiento humano y la sangre derramada. Lo demás es pura matrix.

Fabrican y venden armamento, instalan sus multinacionales, experimentan con los seres humanos... y cuando llega el momento tensan el conflicto hasta el límite que ellos quieran.