Caso Bárcenas: Golpe de Estado a lo siglo XXI

4 feb 13. Es evidente que tras las filtraciones del periódico del Club Bilderberg "El País", que vaya usted a saber quién le filtró las listas de Bárcenas, estamos asistiendo a una especie de golpe de estado en España con el propósito de cambiar de gobierno. Los militares golpistas están pasados de moda, ya no son útiles.

Si bien nos resulta casi inimaginable la vuelta del PSOE, la jugada puede ofrecer varios desenlaces, como la llegada al poder de un tecnócrata de la troika o un puñado de salvapatrias modernos para una transición con la promesa de sacarnos la cabeza de la mierda. Añádase otro desenlace tras la salida sospechosa de Aguirre, sus asistencias a las reuniones del Club Bilderberg y su propuesta de limpiar el partido. Es otro 11-M.

Todo menos unos casuales listados a un periódico que coinciden además con el absoluto desprestigio de la monarquía bajo sospechas de corrupción, tal vez para inmovilizarla como salvapatrias. ¿Que quién es el mentor? Pues los de siempre, los Amos.

Podredumbre en la cúpula del PP, incluido Rajoy

31 ene 13. ¿Cuántos de ustedes se sorprenden de que un partido político, como en este caso el PP, esté podrido hasta el tuétanos? ¿Cuántos de ustedes creen aún en esta falsa democracia respaldada por una Constitución impuesta con calzador donde la corrupción campea a sus anchas desde la casa real hasta el apuntador? . Esto que sale ahora a la luz, y no es nada casual sino que busca causar, es práctica habitual desde siempre, aunque de diversas y variadas maneras.

Y no, no caigamos en la dualidad y en el eterno bipartidismo culpando al bando opuesto, al PSOE de remover el ventilador. Habría que preguntarse por qué ahora un empleado pulcro y respetable de la banca suiza desenredó la punta de la madeja.

De la lista de Bárcenas, donde aparecen Arenas, Trillo, Aceves, Cascos, Oreja, Rato, Cospedal y Rajoy, la secretaria del partido se quitó la peineta para dar por válida sólo la partida de dinero del presidente del senado, García Escudero, que oh casualidad, por la mañana debió estar somnoliento cuando respondió que se trató de un préstamo que ya devolvió.