Año 2013, no hace falta ser pitonisos

7 ene 13. Pasadas las fiestas de Navidad y Reyes, la realidad del 2013 se nos muestra de cara con toda su crudeza para gran parte de la población con la cual se ha ensañado la poda a tijera bien afilada de los derechos laborales y del servicio público ejercida por Rajoy y los suyos como consecuencia del sometimiento absoluto del gobierno del PP a los sátrapas del FMI, BCE y del Banco Mundial, en una crisis prefabricada que nos encamina si no lo impedimos hacia un Nuevo Orden Mundial a la medida de la élite.

El año comienza con una vuelta de tuerca más al desviar el gobierno del PP dinero del Fondo de Pensiones para Bonos del Tesoro, al igual que hiciera Solbes, poniendo en serio riesgo el futuro cobro de las mismas. No hay que ser pitoniso para vislumbrar este 2013 porque, en este blog, desde el 2007 lo venimos advirtiendo.

En cuanto a Canarias, se acentúan nuestros primeros puestos en lo peor y los últimos en lo mejor mientras un gobierno medianero, un ministro canario que nos niega el pan y la sal y un Cabildo derrochador continúan apostando por el mismo modelo que nos está sumiendo en la ruina, desechando otras vías para mejorar esta tierra porque, simple y llanamente, a ellos no les conviene.

En vista del panorama, la reacción popular ni está ni se le espera. Es más, en caso de que ocurra sería para exigir la continuidad del modelo desarrollista y consumista de las últimas décadas, para mantener un árbol podrido, y no por un cambio total del sistema, salvo excepciones. Porque, guste o no, asistimos al fin de un ciclo, de un modelo.

Pero ¿y Arucas? ¿puede un municipio paliar este panorama? . Me niego a creer que no. Donde de manera inmediata se verían resultados es actuando en lo local, en nuestro entorno más próximo, en nuestro municipio.
Como en años anteriores, desde estas páginas, reclamamos consenso y pautas comunes a seguir para trazar líneas de trabajo a medio y largo plazo en aquéllas áreas donde se pueda generar economía y empleo.

Es tiempo de valientes, no de políticos que sólo buscan mantenerse entre los elegidos de la mal llamada clase política.