20 nov 12. Jaime Rubio
Aprovechando que mañana es el aniversario de la muerte de Franco hoy vamos a repasar sobre las claves secretas del éxito de su levantamiento contra la República en , iniciado aquí, en Canarias, en julio de 1936.
Recordemos que Franco era capitán general de Canarias cuando decidió levantarse en armas contra el Gobierno español. Y esto lo hizo en una reunión celebrada el 6 de junio de 1936 en Las Raíces, Tenerife, con sus colaboradores mas allegados, en absoluto secreto. O eso creían ellos. Hoy sabemos que el servicio secreto alemán, dirigido por el almirante Canaris, les vigilaba discretamente. Los alemanes querían saber si, el “pequeño general”, como le llamaban en Berlín, podía ser manipulable en el futuro para los intereses del Tercer Reich. Ya veremos cuando se les presentó la ocasión oportuna para darle ese toque decisivo.
El caso es que ya el 17 de julio de ese año, Franco se traslada secretamente a Las Palmas de Gran Canaria para tomar el avión De Havilland, modelo Dragon Rapide, cuyo alquiler ya se había concertado con un piloto británico que se dedicaba a hacer estos vuelos. Aclaremos que el Dragon Rapide era un bimotor para transporte de 6 o 7 personas y se había convertido en el avión preferido de las clases altas europeas en los años 30 del pasado siglo. Hoy ese avión aún está en uso en el aerodromo-museo de Duxford, cerca de Cambridge, Inglaterra, donde uno puede darse un paseo por 30 o 40 libras. Los amantes de la Historia disfrutarán de las vistas de los colleges mientras vuelan en aquella reliquia de la aviación con sus butacas de cuero y sus increíblemente silenciosos motores.
Volviendo a Franco, digamos que se alojó un par de noches en el Hotel Madrid, de Las Palmas, vigilado por su propio servicio secreto para evitar un atentado y que les fastidiaran el proyecto. El mismo Hotel Madrid en el que suicidaría en 1945 el jefe de la Gestapo en Las Palmas de Gran Canaria.
En la madrugada del 18 Franco, tras sofocar una pequeña revuelta en la capital grancanaria, sale del hotel camino del aeropuerto de Gando, donde le espera el piloto británico, Mr. Bepp, con su Dragon Rapide. Franco llega con retraso a su cita y despega hacia Marruecos a las 14:30. El pequeño avión inglés cruza Lanzarote desde donde llega a Agadir y sigue su camino hacia Tetuán tras pasar por Casablanca, Rabat y Tanger.
Franco llega a Tetuán el 18 de julio y enseguida se puso al frente de sus fieles legionarios y las tropas coloniales marroquíes. En total entre 10 y 15 mil hombres. Pero había una pequeña dificultad. ¿Cómo transportar a aquella numerosa tropa desde Marruecos a España teniendo en cuenta que Franco no contaba con barcos o aviones para ello?
Lo primero que hizo el “pequeño general” fue pedir ayuda a Mussolini. Pero el dictador italiano se la negó sin mas. Este fue el momento que estaba esperando el servicio secreto alemán que se puso en contacto con un ayudante de Franco para sugerirle que le pidiera ayuda a Hitler. Y así lo hizo. En Berlín, tras una reunión entre Göring, Canaris y el propio Hitler, se decidió ayudar a Franco enviándole una flota de aviones de transporte Ju-52. Pero esta ayuda decisiva no le iba a salir gratis pues los nazis le exigirían dejarles experimentar su nuevo armamento durante la Guerra Civil española y, mas tarde, plena colaboración durante la Segunda Guerra Mundial.
Lo que vino después es historia conocida.
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