Artenara, ¿un Stonehenge canario?

3 jul 12. Jaime Rubio Rosales
El pasado 21 de junio, coincidiendo con el Solsticio de verano, se presentó al gran público un extraordinario descubrimiento arqueológico. El acto estuvo presidido por el presidente del Cabildo de Gran Canaria y todo su equipo técnico que asistieron asombrados al fenómeno cósmico que se iba a producir en la cueva de Risco Caído, en Artenara, Gran Canaria. El periodista Juanjo Jiménez lo describe así:

“A las ocho y cuatro minutos de la mañana de ayer, primer día del verano de 2012, se ponía en marcha, en una perdida cueva de Artenara, un antiquísimo mecanismo solar de precisión matemática. Una suerte de reloj y templo de la fertilidad, de batería inagotable, que dibujó perfectamente un nítido falo(de luz) que recorría y bañaba de luz durante dos horas un conjunto de triángulos púbicos” (La Provincia, 22/7/2012).

La cueva de Risco Caído, en la zona cumbrera de la isla de Gran Canaria, es una especie de templo pre-hispánico, con una cúpula que se eleva cuatro metros en forma de cono invertido, en la cual hay una abertura por la que entra un rayo de sol en la mañana del día del Solsticio de verano, 21 de junio, y, según avanzan las horas, se va posando en distintos triángulos púbicos grabados por nuestros misteriosos antepasados en la piedra. El espectáculo es tan impresionante que el presidente del Cabildo de Gran Canaria, JM. Bravo de Laguna, exclamó: “Este Solsticio es la mejor forma de empezar mi mandato”

En realidad, este “templo” forma parte de una serie de cuevas en las que se han encontrado numerosos grabados y cazoletas que han llevado a pensar a los arqueólogos que estamos ante un lugar dedicado al culto por parte de los primitivos habitantes de la isla de Gran Canaria. Estas cuevas se descubrieron en los años 80 del pasado siglo, pero no fue hasta 1996 que encontraron en la cueva 7 los grabados y esta especie de templo fálico del que hablamos aquí.

Esto nos recuerda Stonehenge, ese templo prehistórico de Inglaterra, que reúne cada 21 de junio a miles de personas para asistir al juego de luz solar que se produce allí desde primeras horas de la mañana. La Cueva Fálica de Artenara puede ser, ¿por qué no?, nuestro particular Stonehenge.