Per Lillieström y César Manrique

15 may 12. Este artículo quiere ser un homenaje a Per Lillieström, pintor e investigador, nacido cerca de Estocolmo, en 1932, y afincado en Canarias desde 1956, con motivo de su 80 cumpleaños.

Per conoció en París al artista tinerfeño, Oscar Domínguez en 1953. En aquellos encuentros en Montparnasse el joven Per se ilusionó con lo que Domínguez le contaba de la luz y el color de las Islas Canarias y, sin pensarlo dos veces, un buen día del año 1956 metió sus cosas en su Volvo y, cruzando Francia y España, embarcó en Cádiz camino de Tenerife. Compró una vieja casona en el Realejo Bajo, la puso al día y ahí ha vivido hasta la fecha.

En Tenerife trabó amistad con Eduardo Westerdhal, el cual dijo de Per que, “partiendo de la abstracción y de su carácter lúdico, incorpora a su pintura una de las mayores preocupaciones del hombre actual: la polución, la contaminación del aire, del suelo, del agua” Y esto lo predicaba Per en unos años en los que aquellas ideas sonaban a cosas raras que nadie entendía. Según Westerdhal quien si se apasionó por el ecologismo que predicaba el joven artista sueco fue el genio de Lanzarote, César Manrique, el cual haría del ecologismo su leit-motiv.

Para el crítico tinerfeño antes citado la influencia de Lillieström sobre César fue lo que cambiaría para siempre la vida del artista conejero y lo que le llevaría a la fama internacional. Per dedicaría buena parte de su obra pictórica a la defensa del medio ambiente, como su cuadro sobre La mosca, atrapada por el DDT. Desde la pasada semana el Ayuntamiento de Los Realejos expone una retrospectiva de su obra en la Casa de la Cultura. En el catálogo de la exposición vemos en portada un retrato de su esposa, Elizabeth, que ha compartido con el artista sueco los buenos y malos momentos de la vida sin flaquear un solo instante. Entre su obra encontramos de todo, cuadros dedicados a la historia de Canarias, a la importancia de la ecología y a la belleza de la mujer, recogidos estos en una serie que Eduardo Westerdhal llamaría “Nalgas azules”.

Per tiene también una faceta investigadora importante. Ha sido ponente en varias universidades europeas, ha publicado varios libros de investigación histórica y, junto a su amigo, Thor Heyerdhal, vivió grandes aventuras arqueológicas, la última en tierras rusas. También ha realizado importantes trabajos sobre historia y prehistoria de Canarias, publicados en distintos medios. Suyo es el mural que preside la entrada de Las Pirámides de Güimar dedicado a un episodio de la conquista de Tenerife.

Per dirigió, en 1994, el “Segundo Seminario eco-histórico sobre exploración y geopolíticas atlánticas,” que la Universidad Menéndez y Pelayo celebró en Santa Cruz de Tenerife. En ese seminario se trataron temas tan interesantes como “La influencia del nazismo en la Prehistoria de Canarias” (Mike Eddy), “La manipulación de la Prehistoria de canarias por los servicios secretos internacionales” (Jaime Rubio), “¿Vestigios de contactos trasoceánicos precolombinos?” (Thor Heyerdhal) y “Canarias y el turismo medieval” (Per Lillieström), entre otros.

Tras aquel seminario, en el que hubo de cambiar de sala tras la enorme afluencia de público extranjero que acudió, se fundó en casa de Per la “Society for the Atlantic History Research”, una sociedad de investigación histórica de la que Lillieström es presidente y yo mismo vicepresidente.

En fin, estamos ante un sueco amigo de Canarias y preocupado por nuestras cosas que se merece este reconocimiento.