Ecoturismo versus Agroecología

1 oct 11. Al igual que en nombre de La Paz se han hecho muchas guerras, en nombre de esa palabra con la que muchos se llenan la boca, “el ecoturismo”, se cometen atropellos en nuestra isla.

Pero, ¿Qué es el ecoturismo? La respuesta para algunos es sencilla. Por un lado, Gran Canaria sigue sufriendo un turismo, el turismo del sur, que no deja ningún beneficio ni para la comunidad, ni ecológico, simplemente, un beneficio económico que se queda en unos pocos bolsillos hoteleros. Pues en contraposición a ese turismo caduco centrado en nuestras playas (ni en nuestra isla y paisajes, ni en nuestra cultura, ni en nuestro folclore, ni en nuestra arqueología, ni en nuestra hostelería y artesanía, etc,etc), las instituciones nos quieren vender justo la antítesis, un turismo ecológico dicen, pero no deja de ser solo una cosa, construir campos de golf para señoritos. El caso es que entre esos dos puntos tan distantes si existe el término medio.

Todos sabemos, que más allá de la belleza de nuestras playas existe también otro paraíso, el de cumbre y medianías. Es este edén el que sufre la falta de visión de las instituciones para potenciar su valor turístico, sobretodo, porque no ven, o no quieren ver, que existe otra palabra más bonita que el ecoturismo, la agroecología.

Y es desde este prisma donde el foco debe alumbrar. Si diseñamos un plan elaborado de potenciación de la agricultura y ganadería ecológicos en medianías, conseguiremos el mayor beneficio para la zona, pues las ventajas son muchas y nada desdeñables:

De todos es sabido, que nuestras zonas rurales, nuestros pueblos, sufren de la migración hacia la ciudad, con el consiguiente abandono de las tierras productivas. Si analizamos los últimos años, el abandono de la actividad agraria y ganadera acrecienta la despoblación rural, y en consecuencia, el peligro de la desertificación (proceso de degradación ecológica en el que el suelo fértil y productivo pierde total o parcialmente el potencial de producción acrecentado por la deforestación). Fomentando y apoyando este tipo de agricultura y ganadería conseguimos no solo un total respeto por el medio y nuestra flora y fauna, si no que además, garantizamos el cuidado y la adecuada conservación de nuestros paisajes.

Además del beneficio ecológico evidente, se suma el bienestar para sus gentes, la dinamización de su economía, puestos de trabajo, y en último lugar, tras priorizar la zona, llega añadido el beneficio turístico. Y es solo entonces, cuando tienen sentido las rutas de senderismo, los campings, las casas rurales, la restauración, las visitas a queserías ecológicas, en definitiva, un turismo de calidad.

Y es así, por este orden, como se deben analizar las prioridades. Actualmente, se construye antes el tejado que los cimientos, y así, el castillo está condenado al derrumbe. Me duele especialmente ver como sufrimos estos hechos, pues tras una casa rural, viene añadido en muchos casos la imposibilidad de la actividad agraria en sus cercanías; y si ese entorno se degrada, la casa rural pierde toda su razón de ser. En definitiva, se debe cimentar sobre una base sólida si deseamos el desarrollo de nuestras medianías. Debemos acabar con la especulación urbanística, potenciar las repoblaciones endémicas, contribuir a fijar población en los pueblos a través de actividad económica y puestos de trabajo, beneficios que la ganadería y la agricultura ecológica otorgan directamente.

Actualmente, he presenciado inauguraciones de cursos y jornadas relacionadas con el ecoturismo, y en esas exposiciones y charlas se aprecia el error de fondo. Cuando se reúnen hoteleros y políticos y charlan acerca del abandono de invernaderos, ellos ven un residuo, una mala imagen turística que simplemente es necesario limpiar, entonces, dedican fondos a la adecuada gestión de residuos. Pero el problema persiste. El problema no se va como esos turistas cuando acaban sus vacaciones, simplemente, porque las causas son otras. Cuando veo un invernadero abandonado, no veo una malla vieja y unos hierros que hay que gestionar, veo el abandono de tierras productivas, veo la decadencia del sector agroalimentario, veo compañeros que pierden sus puestos de trabajo entre otras cosas. Y si unos cierran los ojos para imaginar un paisaje sin residuos, yo los cierro para imaginar un paraíso verde, un paraíso productivo, y unas gentes que con respeto y cariño por la tierra viven de la isla que los vio nacer. Y es entonces cuando el turista que viene a conocer la isla, su gastronomía, su folclore, su artesanía, contribuye con su visita dejando un beneficio. Y es entonces cuando los hoteles deberían estar obligados a establecer convenios ofreciendo en sus restaurantes productos ecológicos producidos de esta manera, y no sugerir que un invernadero abandonado causa un impacto visual dañino.

Y cuando unos imaginan una isla con tren para conectar la ciudad con el sur turístico, y un teleférico para subir más turistas a los roques. Yo pienso en mi pueblo, y no veo beneficio alguno, pienso en las guaguas y los taxistas y lo que perderían con un tren carente de sentido, pienso en la despoblación y el desprotegimiento de la cumbre y sus tierras. Pero lucho. Lucho por que un día sea posible el sueño de un paraíso verde en armonía con sus gentes.

En definitiva, debemos trabajar desde la agroecología, y no desde el ecoturismo si deseamos ver este sueño cumplido, porque es factible, es posible. Canarias podría crear unos 27.000 puestos de trabajo más en la agricultura y ganadería si se elevara al 40% la producción que se consume, ahora sólo se produce el 14% de lo que se consume en las islas. Esto es debido, a que las dos terceras partes de la superficie agrícola están abandonadas. Y en consecuencia, si el 86% de lo que se consume en las islas se importa, evidentemente, "el negocio está fuera", por lo que el sector está en manos de "especuladores e intermediarios". Así que, juzguen ustedes mismos, si este artículo tiene sentido.

Antonio “Morongo”

5 Comentarios Blogger:

Anónimo dijo...

Sí que tiene sentido su artículo que suscribo al cien por cien. Pero me da la impresión de que usted como yo sabemos la respuesta al por qué no se hace este tipo de políticas. Los importadores subvencionan campañas políticas y untan a los que están en disposición de poder comenzar este proceso agroecológico. Aquí mandan importadores y constructores y por tanto defenderán sus intereses, que ni de lejos son los de los canarios. Salud.

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A LOS NIÑOS DE ESCUELA dijo...

Tema 1.

Pregunta: ¿Por qué no hay agricultura en Canarias?

Respuesta: Porque los políticos se pliegan ante los importadores y grandes superficies de la alimentación.

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Anónimo dijo...

En Canarias si que hay agricultura. Que yo sepa, se siguen exportando tomates y platanos, y si te vas de paseo por el campo ves muchos huertos plantados. Cuando la agricultura es rentable se planta lo que sea, es de cajón.

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A LOS NIÑOS DE ESCUELA dijo...

Al comentario nº 3: SUSPENDIDO
MOTIVOS: Ingenuidad, debe repetir curso.

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A LOS NIÑOS DE ESCUELA dijo...

Tema de examen:

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿no se planta porque no es rentable o se legisló para que dejara de ser rentable y así los importadores se forraran a costa de nuestro estómago?

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