El Hierro y los americanos

5 oct 11. Jaime Rubio Rosales
Decía Carracedo, el ilustre profesor lagunero, que sus colegas vulcanólogos americanos se partían de risa al ver las medidas de prevención que las autoridades canarias han tomado ante la crisis sísmica de El Hierro.
Sin embargo, esos “científicos” americanos que tanto se ríen de nosotros parece que olvidan su pésima actuación cuando la erupción del monte Santa Elena, en el estado de Washington, acaecida un 18 de mayo de 1980, provocó decenas de muertos y una gran catástrofe en toda aquella región.

Lo curioso del caso es que el Mount St. Elene dio las mismas señales de aviso que se están dando ahora en El Hierro: dos meses de pequeños terremotos, corrimientos de tierra, pequeños aumentos de gases. A pesar de ello, las autoridades locales, previa consulta a los científicos, ¡permitieron excursiones a la falda del volcán hasta el mismo día de la tremenda erupción. Ni que decir tiene que esta negligencia causó la enorme catástrofe del día 18 de mayo de 1980: se llevó por delante la vida de 54 excursionistas y dejó malheridas a miles de personas.

Pero no sólo eso, toda la zona alrededor del volcán, en una área de mas de 100 kms. fue arrasada por la avalancha de lodo, piedras y gases que el ardiente calor surgido de la cara norte del Santa Elena produjo. ¡Y todo esto porque los maravillosos vulcanólogos americanos se equivocaron en sus predicciones! Según esos que tanto se ríen de nosotros el magma de su volcán saldría a la superficie por el cráter central del Santa Elena, como era lo normal, y no causaría mas que un bonito espectáculo. Craso error porque el magma no siguió su curso por ahí sino que derrumbó la cara norte del monte, provocando una enorme caída de piedras y tierra hacia los lagos y ríos cercanos. Esto, unido al hielo derretido hizo que se creara una avalancha de barro que arrasó con personas, animales, fincas, casas, hoteles, gasolineras, etc... O sea, produjo la mayor catástrofe causada por un volcán en la historia de Estados Unidos. Por cierto, que esa avalancha se llevó por delante la vida de uno de los vulcanólogos y de un fotógrafo de National Geographic, entre otras muchas personas.

Así, pues, ¿hacemos mal los canarios en tomar precauciones ante la crisis sísmica de El Hierro. No, para nada. Siempre es mejor prevenir que curar