Prisas y falta de consenso

18 mar 11. El PSOE está llevando adelante en la persona de su concejal de Participación Ciudadana, Angel Víctor Torres, la descentralización de las Oficinas Municipales para acercar los trámites municipales a los barrios, además de ofrecer la opción para hacerlos vía internet. Está además inmerso el mencionado concejal en concluir la creación del Consejo Municipal de Participación Ciudadana como paso final para que el recién creado organismo de participación quede confeccionado.

No cabe duda de que ambas pueden representar una considerable mejora, tanto en los servicios municipales hacia el ciudadano como en acercar la voz y la opinión de la ciudadanía a la política municipal. Pero a toda esta gestión le falta y le sobra tanto que pudiera convertirse en buenas intenciones pero sin continuidad en el tiempo.

Le falta consenso como en casi todas las decisiones políticas en este municipio, estancado desde hace años debido a las políticas partidistas y sin ejes comunes en las áreas más importantes. Podemos entender que el PSOE anda en horas bajas arrastrado por el gobierno estatal y necesite ofrecer antes de las elecciones cualquier cosa que le suponga votos, pero el Consejo de Participación Ciudadana tiene de vida lo que días quedan hasta las elecciones, debido a un Reglamento con exceso de quorum político que así lo contempla. Un Reglamento donde el Grupo de Gobierno se reserva el derecho a nombrar a personas ilustres según su criterio, que por lo visto hasta ahora el criterio que prima es el de cercanía a las siglas políticas que gobiernan.

Las Oficinas de Barrio carecen de información al público sobre su existencia y sobre la función de las mismas. No está nada claro el personal que las ocupe ni están acabadas algunas de ellas, por lo que las buenas intenciones antes mencionadas se convierten en política electoralista, tan manida y tan cansina y sobre todo sin acuerdos consensuados entre todos los partidos para asegurar la continuidad de ambas gobierne quien gobierne. Lo malo, como siempre, es que estas prisas electoralistas siempre las pagamos los mismos: los contribuyentes.