Mi 23-F

24 feb 11. Jaime Rubio Rosales
A veces nos preguntan dónde nos pilló el 23F o qué hacíamos cuando nos llegó la noticia del golpe. En mi caso recuerdo perfectamente que me encontraba en cama por una gripe y escuchaba la radio. En ese momento interrumpieron la retransmisión para dar la noticia del asalto al Congreso. Me levanté de un salto de la cama y fui al salón a poner la televisión para ver con mis propios ojos algo que me parecía increíble que estuviera sucediendo, aunque en un viaje a Alemania unos meses antes me habían advertido en aquel país que esto podría suceder. Después de verlo por la tele llamé a familiares y amigos para ver cómo se lo estaban tomando y todos me aconsejaron que no saliera de casa, que siguiera en la cama curándome la gripe hasta ver en qué paraba todo.

Yo conocía muy bien las imágenes que salían por televisión pues pasé un año muy cerca de palacio de Congresos de Madrid, en casa de un familiar. Pero lo que mas me impresionó fue la valiente decisión del Rey, Juan Carlos, de no seguirle el juego a los golpistas. No olvidemos con que estos contaban con que D. Juan Carlos apoyaría su golpe por haber sido educado para ello por Franco. Pero no fue así, y nuestro Rey les “traicionó” apoyando claramente a la joven democracia española.

A partir de ahí los nostálgicos del franquismo le declararon la guerra a Juanito, una guerra que se recrudecería ante la evidente antipatía del Rey hacia el líder popular J.Mª. Aznar, lo que contrastaba con el buen feeling que tenía con Felipe González y ahora con Zapatero.

También me llamó la atención la valiente actitud del general Mellado enfrentándose a Tejero. Yo había conocido al general Mellado en el Club de Bridge de la calle Velázquez, de Madrid, del que mi tío era presidente. Era un hombre afable, pequeño y delgado, pero su faceta de hombre valiente la vi ese día por televisión y, francamente, me encantó.

En fin, que mi 23F lo seguí, como canario, desde la distancia aunque tenía ya algunas claves de por donde iban los tiros. Ya sabía, por ejemplo, que a Milán del Bosch, lo habían destinado a Valencia un año antes porque el Gobierno de Suárez conocía su carácter reaccionario y era peligroso tenerlo en Madrid al frente de la unidad acorazada Brunete.

Debo reconocer que terminó antes el golpe que mi gripe ya que esta se mantuvo conmigo unos días más como dándome a conocer cuán efímero fue el 23F, aunque fuera, al mismo tiempo, un gran beneficio para nuestra democracia que salió reforzada del mismo.