La tapadera Gadafi en Canarias

26 feb 11. Jaime Rubio Rosales
Ahora que asistimos a lo que parecen ser los últimos momentos del régimen coronel Gadafi, ¡que ha durado mas que el de Franco!, bueno es recordar los planes que tenía para Canarias en la década de los 80 del pasado S.XX.

Por esas fechas Gadafi había expresado el deseo de formar un imperio líbico-bereber que abarcara desde Libia hasta Mauritania,¡pasando por Canarias! Para ello contaba, ¡como no!, con el apoyo de la ex-Unión Soviética que ya en 1960 presentó en la ONU una moción “para reconocer el status colonial de Canarias y el Sahara Occidental”.

Pero Gadafi también contaba con la ayuda inestimable de ciertos canarios “rebeldes”, como Antonio Cubillo y otros independentistas. Fue entonces cuando se acentuaron los estudios sobre el origen bereber de los canarios, se creó de la nada un vocabulario bereber, y empezaron a descubrirse huellas arqueológicas de origen líbico-bereber por doquier. ¡Y todo ello financiado por Gadafi con sus petrodólares! En la prensa de entonces se dieron detalles de estas operaciones que no tienen desperdicio. Así, en Diario de Las Palmas, leemos: “El 10 de diciembre de 1986, con motivo de la visita del súbdito libio, Abdul. K. Neas (a Las Palmas de Gran Canaria), este mantuvo contactos con miembros del PCN, como A.C.S., por espacio de 30 minutos, tras lo cual entraron en una entidad bancaria”. El tal Neas era un importante agente secreto libio que-según el informe policial citado por Diario de Las Palmas- entregó importantes cantidades de dinero al Partido Canario Nacionalista de Cubillo para fomentar el independentismo canario. ¿Por qué? La respuesta nos la da el mismo Gadafi en el semanario libio, Nahab Arab Report: “Es necesario que el Frente Polisario y el Partido Canario Nacionalista constituyan un Partido político único pues el Sahara y Canarias forman parte de una misma zona geográfica y deberían unir sus fuerzas para derrotar al imperialismo español, fusionándose en un estado único porque, después de todo, los canarios son inmigrantes procedentes del Sahara”
¡Mas claro, el agua!

Y Gadafi no se cortó un pelo enviando dinero a sus amigos canarios. Fueron famosos en aquella década los excesos cometidos por cierto arqueólogo cuando ocupaba la dirección del Museo Canario hasta el punto que su despacho llegó a ser conocido como la “Embajada de Libia en Las Palmas de Gran Canaria”. Las llamadas telefónicas a Trípoli eran tantas que las facturas eran millonarias a final de mes, lo que alarmó a los socios de la histórica institución que tuvieron que poner orden en este asunto. Este arqueólogo, curiosamente, era hermano del tal A.C.S. que vimos antes en la información de Diario de Las Palmas. Además, otros agentes libios, como Bushagur y Ragab, visitarían a nuestra isla para seguir los contactos con estos y otros independentistas a fin de llevar a cabo su plan imperialista. A sus peones canarios se les regaló viajes a Libia con sus familiares y amigos, país donde se correrían juergas dignas de las Mil y Una Noches.

La tapadera Gadafi en Las Palmas de Gran Canaria tenía otro punto clave en la empresa Lispafish, del Puerto de La Luz, donde la policía comprueba que se hacían contactos entre los independentistas canarios y los agentes libios antes citados.

Bueno es recordarlo ahora para que no nos engañen con cuentos de hadas.