Año nuevo, ¿escándalo nuevo?

1 ene 10. Jaime Rubio Rosales
La pasada semana Benedicto XVI desveló uno de esos secretos a voces que han hecho correr ríos de tinta: la relación entre la Banca Vaticana y la Mafia italiana.

Y esto lo ha hecho en un año en el que se ha encarado con otro tema oculto durante siglos, el de la pederastia del clero. Además, en este asunto ha arremetido de forma especial contra un sacerdote concreto, el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, al cual ya había condenado hace años, pero ahora ha prohibido también que se lean sus libros y se cuelguen sus fotos en los colegios católicos. Y ha hecho hincapié en que se destruyan especialmente las fotos en las que aparece con Juan Pablo-II. ¿Por qué?. La razón es que, con la que le está cayendo a la Iglesia a costa de la pederastia del clero, nadie entiende como el Papa polaco lo apoyaba incondicionalmente e, incluso, lo propuso como “ejemplo para la juventud cristiana”, algo sobre lo que yo llamé la atención en mi libro, “El caso Galayo y los profesores de religión”(2008). ¿Qué tiene que ver esto con el blanqueo de dinero de la Banca Vaticana, eufemísticamente llamado Instituto para las Obras Religiosas (IOR), fundado en 1929 por Pio-XI.

No desvelaría nada nuevo si digo que la Banca Vaticana ha estado envuelta en diversos escándalos financieros, crímenes, venta de armas, financiación de golpes de estado, creación de sociedades fantasmas y lavado de dinero de la Mafia. Esto ha hecho correr ríos de tinta, guiones de películas, como “El Padrino 3”, que toca este tema sin tapujos. Tal vez la época mas turbulenta de la Banca Vaticana corresponde al pontificado de Pablo-VI y, sobretodo, Juan Pablo-II.

Pablo VI tenía una relación personal con Michele Sindona, el “banquero de la Mafia”, lo que obligó al cardenal Vagnozzi a dimitir de su puesto de director de la Prefectura de Asuntos Económicos del Vaticano al haber descubierto que grandes sumas de dinero de dudoso origen entraban en la Banca Vaticana y de allí salían hacia cuentas suizas pertenecientes a la organización de Sindonna. Mas tarde se supo que parte de ese dinero se empleó en financiar el “ Golpe de los Coroneles”, de Grecia, en 1967.

Otro punto álgido de estas intrigas vaticanas fue el nombramiento, en 1969, de Paul Marcinkus, como obispo y como secretario del Banco Vaticano y, dos años mas tarde, como director del IOR. Ni qué decir tiene que su circulo de confianza estaba formado por los mafiosos Sindona, Calvi, Ortolani y Gelli, de la “Familia Gambino”.

A la muerte de Pablo-VI le sucedió Albino el Breve, o sea, Juan Pablo-I, que quiso poner orden en la Banca Vaticana y que solo duró vivo un mes tras este anuncio. Le sucede el polaco bajo cuyo mandato el poder de Marcinkus se vio reforzado y se utilizó el dinero procedente del blanqueo de la Mafia para muchas operaciones, como ayudar al sindicato polaco Solidaridad a derrotar el comunismo en la patria de Woytila, o apoyar al general croata, Dante Gotovina, buscado por la Interpol y detenido en Canarias en 2005. Está acusado de crímenes de guerra por el Tribunal de la Haya. La fiscal Del Ponti entonces dijo:
“tengo información de que Gotovina está escondido en un convento de Croacia y que la Iglesia Católica le protege. He tratado el asunto con el Vaticano pero se niega tajantemente a colaborar conmigo”.

¿Qué ha cambiado ahora para que Benedicto.XVI hable claramente de las turbias relaciones del Banco Vaticano con la Mafia y el blanqueo de dinero?

Lo que ocurre es que desde septiembre la Fiscalía romana ha estado siguiéndole la pista a 20millones de euro de la Mafia que han terminado en el Vaticano. Ante las evidencias de que allí está pasando algo raro la Fiscalía ha ordenado el embargo de 23 millones de euros de la Banca Vaticana para curarse en salud mientras se aclara este asunto. Como se han visto pillados con las manos en la masa a los cerebros del Vaticano no les ha quedado otra salida que una huida hacia adelante y así quedar bien ante la opinión pública, evitando otro super escándalo. Ni que decir tiene que esto nos recuerda la quiebra del Banco Ambrosiano en los años 70 del pasado siglo y la serie de crímenes que trajo consigo, siendo el mas conocido el de Roberto Calvi, colgado oportunamente de un puente de Londres. Como diría su esposa: “Mi marido fue asesinado por el Vaticano para ocultar la bancarrota del IOR”

En 1986 sería asesinado Michele Sindona en su celda de una cárcel italiana. La cúpula del Banco Vaticano, con Marcinkus a la cabeza esperaba nerviosa ser detenida por la policía italiana, cosa que impidió Juan Pablo-II para evitar que en el juicio salieran a la luz todos los trapos sucios de su IOR. ¿Salpicó este escándalo a España?

Hay una línea de investigación que dice que el ataque al empresario José María Ruiz Mateo se fraguó cuando este amenazó con desvelar las extrañas operaciones financieras del Opus Dei, al que el pertenecía, dirigidas por conocidos banqueros españoles. Incluso se cree que el accidente en el que murió el ministro de Franco, y miembro del OPUS, Gregorio López Bravo, pudo ser provocado cuando este accedió a cierta información financiera de la Iglesia que le habría escandalizado y estaba dispuesto a denunciar.

Como esta historia daría para estar escribiendo mas de un año la vamos a dejar aquí y desearle suerte a Benedicto-XVI en su reforma del Banco Vaticano en aras de la transparencia. Pero lo tiene difícil, muy difícil, y ya veremos las dimensiones de este nuevo escándalo que hará mucho daño a la Iglesia porque, oye, ¡mucha fe hay que tener para seguir creyendo en ella!