´Temo que moriré asfixiado´

30 ene 10. Con el alta médica del Hospital Insular desde hace meses, un joven tetrapléjico se niega a ser trasladado al centro especializado de Arucas por sus deficiencias

"Quiero vivir hasta donde sea posible, pero no quiero morir como un perro. Sé que en cuanto me saquen de la Unidad Medular del Hospital Insular mi muerte por asfixia será inminente. Exijo a los políticos canarios que adecuen un centro con recursos para tratar a las personas con un problema de salud tan grave como el que yo sufro desde hace 18 años. Sé que no me queda mucha vida, pero sólo deseo morir con dignidad. Antes que fallecer por asfixia y sin una asistencia adecuada prefiero que me pongan una inyección de morfina y morir sin dolor". Con estas palabras firmes y con el futuro ya trazado en los pronósticos de la Medicina se expresa Luis Muñoz Chinarro, de 33 años, paciente tetrapléjico desde que con sólo quince años sufriera un accidente fatal.

El hogar de Luis Muñoz ha estado establecido en los últimos seis años en el Centro de Atención de Minusvalías Físicas (CAMF) de Arucas, dependiente del Gobierno de Canarias. Sólo hizo una salida en 2008 y fue decisiva. Tuvo que ser trasladado hasta el hospital de Tetrapléjicos de Toledo donde sufrió varias intervenciones quirúrgicas como consecuencia de un proceso infeccioso localizado en el tórax por la acción de los cables del marcapasos diafragmático, dispositivo que le fue colocado al poco tiempo de sufrir el aparatoso accidente y que le permitía autonomía respiratoria.

Desde entonces, Luis Muñoz depende por completo de un respirador artificial conectado a la tráquea.

Ahora Luis, que regresó hace tres meses y fue ingresado directamente en la Unidad Medular del Hospital Universitario Insular y que ya tiene el alta médica, no quiere regresar al centro de minusvalías físicas de Arucas. Es consciente de que tendrá que abandonar el centro hospitalario "porque en el Insular me han tratado estupendamente y sé que no es un lugar adecuado para larga estancia, pero si me mandan de nuevo al centro de Arucas o me envían a algunas de las clínicas que me han comentado moriré por asfixia inminente sin que nadie se dé cuenta de mi agonía".

El centro de Arucas, asegura, no tiene condiciones para su cuidado y sólo la idea de regresar a él ha creado en Luis, quien mantiene sus facultades mentales en excelentes condiciones, un estado de preocupación y temor constante.

También alega que no existe personal especializado para prestar a este tipo de enfermos los cuidados que requieren. O que, entre otras deficiencias asistenciales, el puesto de enfermería está en la planta baja del edificio y la habitación donde Luis vivió durante seis años se sitúa en la primera planta. Tampoco disponen de personal para aspirar periódicamente las mucosidades que el paciente va acumulando en las vías respiratorias y que pueden provocarle serios problemas. "Incluso, la familia tuvo que comprar el aspirador de secreciones y el timbre para pedir auxilio. Exijo a los políticos que den una solución a mi hijo. Para eso están", añade Luis Muñoz, padre del joven afectado. Fuente: La Provincia