Sucedió en el Centro de Salud

15 feb 10. Jorge Guerra
A mi amiga María, madre joven y trabajadora, le apareció un bulto en el cuello que la llevó al Hospital Negrín para ser observada. Allí le dijeron que debían analizar dicho bulto sospechoso y su médico de cabecera le envía al cirujano en Arucas, y es aquí donde comienza su calvario.

Tras esperar pacientemente a la puerta del susodicho cirujano, éste aparece de su despacho y con un tono fuera de lugar le pregunta: ¿qué quiere, que hace aquí? A lo que María contesta: “vengo a que me mire el bulto que me ha salido en el cuello” . De malas maneras el cirujano coge el papeleo que la paciente tiene en sus manos y le responde: “Usted no tiene nada, eso no es nada, váyase para su casa”.

Pero el cirujano esta vez “pinchó en hueso” con María, que montó en cólera y exigió ser observada y diagnosticada, por lo que presentó una reclamación y pidió que la cita para dentro de varios meses que le dieron fuera adelantada, y logró que la atendieran el 11 de febrero de 2010.

Tiene un tumor benigno que le estirparán en breve, pero el cirujano Ángel Capote, sin ningún tipo de observación a la paciente, le dijo con malos modos y de manera despectiva que se fuera para su casa porque el bulto que le apareció a María en el cuello no era nada.