Mi abuelo fue campesino

23 dic 07. Hubo muchos como él, este es mi homenaje al hombre del campo.
Mi abuelo nació en 1872. Un día recibió una carta del Ayuntamiento de Arucas, debía presentarse en el consistorio. Allí le anunciaron que ha sido reclutado para luchar en Cuba contra los yankis y los independentistas. Y p´allá fue sin saber ni pa´ qué. Mi abuelo estuvo en la guerra de Cuba.

Al regresar se casó y de jornalero medianero pasó a ser dueño de una hermosa finca donada por el terrateniente para el que trabajaba. Esto ocurría desde el reparto de tierras tras la conquista, muchos de estos vivían fuera de Canarias. Plantó mi abuelo caña de azúcar, plataneras, papas, cereales, hierba guinea para el ganado y una gran variedad de frutales. Tuvo vacas y cabras que daban alimento a una familia de cinco hijos.

Vivíamos junto a su casa, en las largas vacaciones de verano me iba con él todas las mañanas a atender los animales y beber leche calentita con gofio o beletén sentados junto al alpendre. En la memoria tengo aquellas caminatas con un casete de la época escuchando a Led Zeppelín o a Taburiente y mi abuelo revisando con cariño aquellas higueras de fruta rayada y gotita de miel, aquellos nispereros, perales, ciruelos, membrilleros, morales, tuneras, nogales que cuidaba con atención y esmero, y que le devolvían suficiente alimento.

Junto a la cantonera de salida de agua del estanque había un enorme moral de considerables frutas, bajo el árbol y junto al agua que transcurría por la acequia una fila de preciosos fresales hacía las delicias de la vista y el paladar. Él plantó y cuidó casi todo.

Al mediodía regresábamos por el camino a casa con la lecherita en mano, sombrero, cuchillo canario y bardino, mientras contaba con serenidad y lucidez sus vivencias y hazañas. Era un gran conversador. Decía que la mejor arma es la palabra. Al llegar a su casa y mientras esperaba el almuerzo que, al enviudar, mi madre le preparaba, se tendía en su cama boca arriba, cerraba los ojos y empezaba a cantar isas, folías y seguidillas. A su huesuda cara asomaba alegría.

Era tan extenso y variado su repertorio, y su voz de tal calibre, que llamó la atención de Paco Kraus y Miguel Fletas, tenores de la época que acudían a las comitivas que se celebraban en la finca de al lado, propiedad de un abogado. Desde entonces, mi abuelo se convirtió en el protagonista de aquellas fiestas, y las letras que cantaba fueron grabadas y plasmadas en papel para evitar el olvido.

Me dijo que era guanche, su madre vivió 104 años, que sus padres provenían de Teror y sus abuelos de Valleseco, y que si sus bisabuelos vivían en Valleseco en el siglo XVII, los antepasados de éstos no subieron de la costa al campo, no había motivos, por eso sabía que era guanche. Murió en el año 1976. Nunca estuvo enfermo, su corazón se agotó a los 94 años.


1 Comentarios Blogger:

Anónimo dijo...

Gracias por este escrito, amigos de arucasblog, me trae recuerdos porque yo también conocí y conozco personajes así. Esta cultura canaria se fue al garete

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