Implantación del cultivo de la caña de azúcar


Nueva implantación del cultivo de la caña de azúcar. Primeros trapiches. — El ingenio "San Pedro". — Su inauguración. — La caldera de la máquina.



Convencidos los agricultores de que la ruina de la cochinilla era irremediable en absoluto, tuvieron varias reuniones, acordando algunos implantar la industria azucarera, aprovechando los pocos ejemplares de caña que ciertos labradores conservaban desde antiguo por curiosidad y para su regalo; y trayendo gran cantidad de plantones, de la Isla de la Madera (1)

El primer trapiche lo construyó en Bañaderos, hacia el año 1880 el propietario Don Domingo Marrero Guerra. En Montaña Cardones lo edificó probablemente D. Antonio González, en el sitio llamado "El Carril". Luego fueron apareciendo las industrias azucareras de D. Manuel Fernando Marrero, Don Juan Rafael González. Don Carlos Medina Batista y Compañía erigieron uno en Las Vegas, cerca del cementerio. Don Norberto Henríquez instaló el suyo en Barreto. En Cruz de Pineda, la razón social Ricardo Suárez Marrero y Cía, levantó otro ingenio que recibió el nombre de "Rosario". Y a vistas de Arucas, en Los Pérez, edificó su trapiche Don José Eloy González (2)

Observando lo que rendía la naciente industria, Don Alfonso Gourié Alvarez ideó establecer un gran centro fabril. Formóse una sociedad por acciones, bastante amplia; y se acordó montar en Bañaderos una fábrica con todos los adelantos conocidos, por ser allí el punto céntrico de la zona de cultivo, por su proximidad a un pequeño muelle que se pensaba construir para llevar por el mar los productos elaborados, al Puerto de La Luz; y por resultar menos trabajoso para vehículos de tracción animal llevar cuesta abajo, de Arucas a Bañaderos, la caña cosechada (3)

Embarcado para adquirir la maquinaria el comerciante relojero de Las Palmas, Don Juan Ladeveze, disgustáronse los demás socios, se desunieron y dejaron al Sr. Gourié al borde de la ruina por los enormes desembolsos que tenía que hacer comprando las máquinas él solo; ya que no había en la Isla una estación telegráfica que comunicara la contraorden al Sr. Ladeveze. En circunstancias tan críticas, el Sr. Gourié tuvo la buena suerte de que se le asociara la acaudalada Sra. Doña Saturnina Fernández del Campo, viuda de D. Bruno González.

Resolvieron instalar el ingenio por su cuenta, abandonando las obras comenzadas en Bañaderos. Para ello eligieron un solar amplio, cercano a la carretera de Gáldar, explanado sobre agotadas canteras donde los antiguos administradores del Mayorazgo trazaron una era muy espaciosa y otras dependencias de menor importancia. Lugar equidistante de las fincas de ambos socios y propiedad de Don Alfonso Gourié.

Comenzaron las obras de albañilería dirigidas por Don Manuel Aguiar Henríquez, vecino de esta Villa. Las maquinarias fueron compradas a Mr. Duncan, de Glasgow (Inglaterra), quien envió un perito montador: Mr. Robert Gilbert. Dirigió las instalaciones el ingeniero francés Mr. Enri Giraud. Ya próxima la terminación de las obras fue llamado el primer maestro de azúcar, Mr. Louis Busine, de la misma nacionalidad (4)

Aunque quedaban por ultimar algunos detalles de menor cuantía, se hizo la inauguración del ingenio, el domingo 10 de agosto de 1884. A las 4 de la tarde salió de nuestra iglesia parroquial el señor cura de la misma, Don Teótimo Darías Padilla, con cruz alzada y acompañado de numerosa concurrencia. Comenzó el acto por la solemne bendición de las máquinas y luego las demás dependencias del ingenio. Actuó de padrino el Conde de la Vega Grande, Don Fernando del Castillo y Westherling. Se estableció la nueva fábrica bajo la advocación de San Pedro, titular de la antigua ermita del Mayorazgo, situada en aquellas inmediaciones. Acto continuo se pusieron en movimiento las maquinarias.

Grande fue el entusiasmo popular en ese día. Las sociedades de recreo "El Liceo" y "La Filarmónica" levantaron en la plaza de San Sebastián un hermoso arco en honor de Don Alfonso Gourié, considerándolo como fundador de una nueva industria en gran escala. En este mismo sentido la banda municipal de la Villa, dirigida por Don Antonio Manchado, aquella noche ejecutó una tocata; y en un entreacto el mismo director ofreció al homenajeado un himno de cuya música era autor, con letra del historiador canario Don Agustín Millares Torres. La partitura estaba ilustrada con dibujos hechos a pluma por el arquitecto y escritor Don Julián Cirilo Moreno, exornado todo con una encuadernación lujosa y elegante (5)

Aunque no era época de zafra, se molieron algunos miles de quintales de caña para probar las máquinas, a tiempo de corregir las deficiencias que pudieran observarse.

Al siguiente año, la molienda ascendió a ciento veinticinco mil quintales. El azúcar comenzó a venderse en todas las plazas del Archipiélago y en varios puertos de la Península, principalmente en Barcelona, Sevilla, Cádiz, Santander, San Sebastián y Bilbao.

Como la producción aumentaba considerablemente fue necesario ir sustituyendo las maquinarias más antiguas por otras más poderosas, que se desembarcaron por el rompeolas del Puerto de La Luz, no estando aún terminado el muelle de descarga. Para transportar las piezas mayores trajeron de Inglaterra un carro especial, que fue tirado por bueyes que facilitaron gratuitamente los labradores de Tamaraceite, Tenoya, Tafira y Santa Brígida. Tal era el entusiasmo que despertó la nueva industria.


La pieza más notable fue una caldera de vapor cuyo peso ascendía a los doscientos quintales: El mayor artefacto de hierro que hasta entonces había entrado en Gran Canaria. Arrojáronla al mar des­de el buque que la trajo, tapados todos los agujeros para que flotase como una boya. Tirando de ella fue conducida al varadero de Blandy, cuyas grúas la izaron sobre un carro ad hoc, llegado junto con la enorme caldera. Todo el conjunto fue empujado por diez parejas de bueyes que caminaban de cuatro en fondo y dos de guía, camino de Las Palmas, por no haberse aún construido la carretera desde el Puer­to de La Luz hasta Tamaraceite. Con antelación fueron apuntalados los puentes y alcantarillas hasta Arucas (6)


(1)"Revista de Las Palmas". Año 1881. Páginas 47 y 135. "La Correspondencia" 6-1-1881. "El Liberal" Las Palmas, 16 de octubre de 1883.
(2) P° Marcelino Quintana Miranda. "Arucas" L*' H, página 79. (Manuscrito). "El Liberal", Las Palmas, 28-12-1883 (Carta de D. Rafael Ponce de Armas). "El Liberal", L. P., 9-12-1884.
(3) P° Marcelino Q. M, "Arucas", L" I, página (Manuscrito).
(4) ídem. Ídem. 1° 11. Carta inserta de D. Francisco Gourié Marrero.
(5) "El Liberal". L.P., 21 de julio de 1884. Incidentes el día 14. ídem. ídem. 12 de agosto de 1884. Detallada crónica de los festejos.
(6) "El Liberal", as Palmas, 18 de diciembre de 1883. ídem. ídem. 10 de junio de 1884.


Del libro: Historia de Arucas
Autor: Pedro Marcelino Quintana.

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