20 oct 08. Antonio Rodríguez de León
El robo de barcos pesqueros con base en Canarias, fue fraguada con la primera Ley de Pesca, elaborada a finales de los años 70 del pasado siglo:
Ya en las postrimerías de la venta del Sahara (a mediados de 1974), comenzaban los primeros borradores para que Canarias perdieran los históricos derechos sobre las pesquerías del banco pesquero canario-sahariano de los barcos con base en puertos canarios, sobre el resto de pesqueros cuyo puerto base radicaban en la península ibérica.
Las pesquerías de los canarios en litoral continental tiene varias partes a los largo de su historia. Antes y después del siglo XX.
Antes del siglo XX, fueron los años gloriosos del sector pesquero canario. A partir de 1915 comenzó el declive y desaparición de barcos canarios, motivado por los acontecimientos políticos internos de España y de las dos guerras mundiales.
La primera fase fue la hambruna que sufrió Canarias lo que obligó a miles de canarios emigrar en barcos pesqueros que los llevaran a América o trasladarse con su familia a la mauritana francesa, concretamente en el barrio "la charca" dentro del puerto de Nouadhibou, en la otra orilla, a menos de 2 kilómetros se encontraba el puerto de la Güaira, entonces bajo soberanía española. La charca fue el lugar de trabajos en comercios que surtían a los pescadores canarios que elaboraban la pesca en Pontonas fondeadas frente a la charca. En total se calcula que en 1900, ya vivían mas de mil familias, unos en las Pontonas, otros, en los diferentes comercios del "barrio de los canarios".
La segunda fase, fue por motivos políticos huyendo por las represalias en Canarias, producidas por la guerra civil en tierras peninsulares. Al finalizar la guerra civil, comienza el desmantelamiento de la flota canaria. Los industriales pesqueros españoles que apoyaron el golpe de Franco, recibían la compensación de robarle los derechos históricos de los armadores canarios. Aquí trasladaron sus factorías de elaboración pesquera; salazones, subproductos y enlatados. Llegaron con sus barcos de pesca del sistema de arrastre con el salvoconducto del gobierno franquista, con los mismos derechos históricos que ostentaban los armadores canarios, robándoles la exclusividad del puerto base.
El sistema de pesca de los canarios, (cordeles, liñas y nasas), era un negocio improductivo, comparado con el sistema de pesca que traían los armadores españoles. Un solo barco de arrastre, descargaba lo mismo que 30 barcos canarios. Los armadores canarios, solo pescaban selectivamente las especies de mayor tamaño y de calidad. Los armadores españoles aprovechaban todas las capturas, las que no servían, eran destinadas al subproducto de harina para animales.
La tercera fase, duró hasta que el Sahara dejó de ser provincia española. En las postrimerías del nefasto acuerdo tripartito, la lucha por el control de las pesquerías era importante, por un lado, estaba los dueños de las factorías y barcos españoles, negociaban directamente con los dirigentes saharauis, ofreciéndoles acciones en las factorías y barcos que trasladaría desde Canarias al puerto de Villa Cisneros, al mismo tiempo España ofrecía un trato especial de colaboración, a un grupo de saharauis ajenos a la Yemá, a cambio de renunciar a la independencia. Cuando los armadores españoles se dieron cuenta, del resultado del 14 de noviembre de 1974, por el que se entregaba el Sahara a Marruecos y Mauritania, abandonaba a la Yemá, acercándose a negociar con Hassan II, ofreciendo las mismas pretensiones que en su momento negociaron con la Yemá saharaui, (Asamblea del poder político del Sahara).m
Comenzaba la cuarta fase del robo de las pesquerías canarias; Marruecos engañó a los armadores industriales españoles, les dejó que trasladaran sus factorías y barcos a su base en Agadir. Y cuando ya tenían factorías y barcos, fueron expulsados y expropiados, de eso sabía y mucho el fallecido Lamberti.
A principios de los años 60, llegaba a instalarse en Canarias la flota de barcos con base en la península, de la empresa Pescanova. Esta empresa era el poder franquista en el sector pesquero mundial, que al llegar tuvo el inconveniente de pescar cefalópodos sin derechos de exportación desde Canarias. De cuyos Derechos poseía Lloret y Llinares, empresa española radicada en Canarias desde 1939. El gobierno franquista presionó en 1964 a Lloret y Llinares para que cediera los derechos de exportación a favor de Pescanova, a cambio, la recompensó con la construcción de una Fábrica de elaboración de pesca en el puerto mauritano de Nouadhibou, (Cabo Blanco).
Pero llegó la transición española, con ella una nueva Constitución y el desarrollo de nuevas Leyes. En concreto para Canarias, la Ley de Pesca, cuyo texto fue elaborada por un canario en Madrid, dicho texto sería la causa final del robo de los barcos con base en Canarias, aunque aún figuren en el censo como flota canaria, la cruel realidad es que mientras tenemos el 90% del número de unidades, solo cubren un 10% del tonelaje de registro bruto, (TRB) . El 10% de unidades de barcos que ostenta base canaria, cubren el 90% del tonelaje del registro bruto. Ese 90% de TRB, se lo tragó la Ley de Pesca de la U.C.D. a favor de un mecánico naval gallego, que se instaló en Canarias, en 1968, con dos barcos de madera, propiedad de su padre.
En la siguiente entrega, intentaré por explicar el como, por, y para quien, se elaboró dicha Ley de Pesca. Quinta y última parte del robo definitivo del sector pesquero canario.
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