La Montaña y el Mesón, enclave turístico sin beneficio económico para Arucas

13 oct 11. En estos últimos días, tanto la prensa como Radio Arucas han dado cobertura a las quejas que el inquilino del Mesón de la Montaña de Arucas viene haciendo desde el año 2006 debido, sobre todo, a los accesos al lugar por el Casco Antiguo y a los numerosos cortes de tráfico por obras o festejos.

Esta instalación hostelera, ubicada en uno de los lugares turísticos más emblemáticos del municipio, e incluso de la isla, inició su andadura allá por los años 60 cuando el boom turístico de las islas, y es, junto con la iglesia, el lugar desde el cuál se han plasmado en imágenes las mejores estampas de la ciudad y sus alrededores.

Estas imágenes suponen en sí un valor económico al ser un reclamo turístico que nos identifica, pero la instalación hostelera es y ha sido explotada desde su nacimiento por el sector privado, y por tanto, excepto los pertinentes impuestos y unos pocos empleos, nada más aporta a la economía de Arucas en general.

En cuanto a la propiedad de la instalación, y supongo que también de los terrenos adyacentes, esta recae en la marquesa de Arucas, un hecho anacrónico consecuencia de los repartos de tierras tras ser arrebatadas a sus auténticos propietarios antes de la conquista de Canarias.

En cuanto a los accesos, es obvio que la situación del lugar es el que es, y que el trasiego de guaguas en los alrededores de la iglesia en estos tiempos resulta peligroso y complicado. Pero hubo un proyecto hace pocos años para trazar una entrada por Hoya de San Juan y por la trasera de los institutos hasta las últimas viviendas de la subida a la montaña. Esta vía puede ser una buena solución excepto que el precio a pagar en aquel momento era tan bárbaro que a cambio se construirían 408 viviendas en Hoya de San Juan, en un espacio destinado a esparcimiento público debido a la saturada demografía del barrio.

Otro punto a tener muy en cuenta sería valorar la repercusión económica que supondría esta vía alternativa, porque un gran número de visitantes dejarían de transitar por el Casco Histórico y por lo tanto el comercio de la zona se vería afectado.

En resumen, tal cual está la situación, cualquier alternativa viaria nueva supondría un desembolso de dinero público para una instalación privada, a la que deseamos una solución a su problema, que sinceramente no sabemos cuál puede ser, pero con inversión pública en nuevas infraestructuras viarias no.

Otra situación bien distinta que justificaría la inversión pública sería acabar con este anacronismo antes señalado, revertir las instalaciones a la gestión pública, adecuarlas y acondicionarlas con todo tipo de equipamiento e instalaciones encaminadas al turismo que generen beneficios al municipio y puestos de trabajo.