27 abr 11. Hace 50.000 años los gigantes Nephilim llegaron a la tierra donde quedaron atrapados. Se instalaron y construyeron con ayuda de los Neandertales monumentos de piedra para orientarse.
Se establecieron en la Atlántida, donde hicieron experimentos genéticos con homínidos, que dieron como resultado hermosas mujeres atractivas a los ojos de "los dioses" que se cruzaron con ellas, dando origen a un híbrido entre Nephilim y Humano.
Para asegurar su dominio y control sobre el planeta-cárcel en el que quedaron atrapados, llevaron gente de otros lugares de la tierra a la Atlántida para incrustarles sus genes y devolverlos a sus tribus como reyes, con ciertos poderes que les hacían superiores a los ojos del humano. Es el origen de las monarquías actuales.
La rebelión estalló en la Atlántida, por discordias entre "los dioses", dando lugar a la huída hacia sus tierras de origen de los que allí fueron llevados antes. Algunos no lograron regresar, como los Galos, que quedaron instalados en lo que conocemos por Galia.
Hicieron un nuevo intento creando otra raza híbrida entre homínidos y nephilim: los Hijos de la Serpiente o los Homo Atlantis para ser sus siervos. Estos estaban a la altura de sus dioses creadores porque se volvieron inteligentes y peligrosos para sus "padres". Este fue su error, dando como resultado la salida de Atlántida de los Hijos de la Serpiente hacia Oceanía o Lemuria porque renegaron de su servidumbre.
Los dioses Nephilim o la Hermandad de la Serpiente crearon después de su anterior fracasos un ser menos dotado: el hombre Adámico, un Homínido-Nephilim con sólo tres fibras de ADN al que instaló en el Jardín del Edén para ser su siervo, y una Eva a la que genéticamente la impidieron quedar embarazada.
Los Hijos de la Serpiente regresaron a Atlántida para abrir los ojos a sus hermanos adámicos. En el Edén, los Hijos de la Serpiente convencieron a Eva y otros muchos les siguieron hacia Lemuria.
Allí, en Lemuria, los adámicos lograron procrear gracias a los conocimientos genéticos de sus liberadores. Todo esto hizo montar en cólera a los Atlantes, sobre todo hacia la mujer, que desde entonces padece de la vejación ancestral. Hace 13.000 años, la cólera dio origen a una guerra nuclear entre Atlántida y Lemuria, o Sodoma y Gomorra.
Los Hijos de la Serpiente y los Adámicos se dispersaron por todo el planeta, huyendo de la raza Serpiente. Esta raza Serpiente se estableció en Sumeria, pero esto es otra historia.
Hoy día, tanto la raza Serpiente como su descendencia monárquica, controlan y dominan la tierra bajo sociedades secretas y organizaciones de todo tipo, son los Amos del Mundo, que esperan el momento oportuno en que se den las "circunstancias" necesarias para salir del planeta-cárcel en que quedaron atrapados, tramando dejar atada y bien atada la esclavitud de la raza humana para siempre.
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