Solidaridad Canaria: Matanza de cabras en Las Cumbres


8 dic 15. En Las Cumbres de Gran Canaria, por las zonas de Tirma, Andén Verde, Acusa Verde, Barranco de La Aldea, Guguy y Tifaracás, anda un equipo exterminando las cabras guanilas o mulatas, que desde tiempos muy anteriores a la colonización europea han habitado esas escarpadas zonas.

Esos pequeños grupos, forman una reserva genética que se ha ido cruzando con cabras asilvestradas de los ganados de nuestros cabreros de antaño y actuales, quienes al tiempo se han beneficiado de los encuentros que sus cabras han tenido con los machos cimarrones libres, aportándoles a sus crías las mejoras genéticas de unos animales fortalecidos por la selección natural que la libertad y una orografía dura les ha aportado.

Al silencio oficial con que el Cabildo Insular oscurece esto, tenemos que añadir que los cadáveres de los animales muertos “al asecho” en los bebederos, son abandonados allí mismo.

Las supuestas razones ecológicas para la matanza de estos ejemplares, tendría que ser la resultante de la información pública de exhaustivos estudios de impacto medioambiental, en paralelo a otras investigaciones no menos ecológicas de reserva genética y de posible sub-raza de gran importancia complementaria en los estudios que sobre las cabras canarias, conocidas como de las más importantes del mundo, se están efectuando por parte del Instituto Canario de Investigación Agraria (ICIA), donde un prestigioso equipo veterinario, del que forma parte el palmero Dr. D. Juan Capote Álvarez, presidente de la International Goat Association (IGA) lleva años estudiándolas.

Sustraer posibilidades de estudiar las cabras guanilas a esas investigaciones que han llegado con éxito hasta Túnez en busca de nexos genéticos de nuestra cabaña caprina, será un verdadero atentado anticientífico de insalvables consecuencias como lo fue el irreparable exterminio antiecológico de las cabras de la Caldera de Taburiente.
Al silencio oficial tenemos que añadir que los cadáveres de los animales muertos “al asecho” en los bebederos son abandonados allí mismo.

Dentro de la constante de ofrecer al turista folclorizadas diversiones, deberían tener en cuenta que con estas matanzas se privará a propios y foráneos del espectáculo que los avistamientos de los espléndidos machos, y las hembras con sus crías aportan en nuestros riscales.

¡¡Salvemos para el futuro a nuestras cabras guanilas de semejante barbarie!!

SOLIDARIDAD CANARIA



Ante la reiteración de la salvajada de matanza de cabras orquestada por los burócratas del Cabildo grancanario, reiteramos lo escrito el 9 de enero de 2014 por el prestigioso científico Dr. Francisco García-Talavera.

Matanza en Güigüi
9/ene/14 01:07
Wladimiro Rodríguez

Indignado por la noticia que acabo de ver y escuchar en la televisión canaria, quiero expresar mi más rotundo rechazo a la "burrada" ecológica y etnográfica que el Cabildo pretende hacer en la Reserva Natural Especial de Güigüí, en Gran Canaria.

Se trata de una de tantas "boutades" a que nos tiene acostumbrados la institución grancanaria en los últimos tiempos, aunque en este caso parece que, para más INRI, han conseguido que esté amparado en un Proyecto Life de la Unión Europea. Ahora quieren eliminar, de manera drástica y cruel, los centenares de cabras que pastan en aquellos agrestes parajes, porque van a hacer una repoblación de sabinas y cedros, entre otras especies vegetales, y la presencia de las cabras sería perjudicial para la misma.

Ellos dicen que son de "raza guanila", cuando en realidad no existe ninguna raza con esta denominación, pues el término guanil es una palabra guanche que podría traducirse como "la que es libre". El ganado guanil es el que nuestros pastores, desde época inmemorial, dejaban en libertad en las dehesas comunales hasta que llegaba la fecha de las "apañadas". No es un ganado salvaje sino, podríamos decir, semisalvaje, y controlado, pues cada pastor conoce a sus cabras -y a los nuevos baifos que acompañan a las madres- por las marcas particulares que les hacen en las orejas. Aunque es posible que las de Güigüí se hayan asilvestrado por culpa de la forzada desaparición del pastoreo en Canarias, en aras del "progreso".

Si en la Consejería de Medio Ambiente de la hermana isla redonda tuvieran un mínimo de sensibilidad y conocimiento del riquísimo patrimonio natural y cultural canario, se darían cuenta de que las cabras guanilas son un recurso en lugar de un problema, y deberían tomar ejemplo del Cabildo de Fuerteventura, que fomenta las apañadas como una de las expresiones más genuinas de la etnografía insular. Hace años tuve ocasión de asistir a una de ellas en Cofete (Jandía) y quedé impresionado al ver bajar a los sudorosos pastores por aquellas empinadas laderas dando saltos con sus lanzas, acompañados de sonoros silbos y ajijides, reuniendo las cabras hasta conducirlas a un recinto cerrado (gambuesa), donde se separaban los baifos. Espectáculo inolvidable, rebosante de auténtica canariedad, el vivido por muchísimas personas autóctonas y foráneas allí congregadas, que celebraban con júbilo el popular acontecimiento.

Pero, señores míos, cómo se puede mandar matar a tiros a unos animales que durante tantos siglos fueron el sustento principal de nuestros antepasados, que ya están integrados en el ecosistema insular, pues llevan miles de años allí, y, sin embargo, la mayoría de las plantas endémicas han sobrevivido. No es el caso de los muflones foráneos introducidos en las Cañadas del Teide o los arruis en la Caldera de La Palma, que han dañado sensiblemente a la vegetación autóctona de estos sendos Parques Nacionales.

Y es que el Cabildo grancanario tampoco se da cuenta de que las cabras son, además, uno de los elementos principales para la prevención de incendios forestales, al mantener a raya la hierba que, al no ser comida y secarse, será el "combustible" (como lo llama mi admirado y sabio amigo Wladimiro Rodríguez Brito) que prenda con facilidad en el estío de nuestros montes.

Sepan, también, que mucho mas daño está haciendo a la vegetación autóctona del oeste grancanario, el "rabo de gato" (Pennisetum setaceum), introducido en la isla hace años y que ya es prácticamente imposible de erradicar. En definitiva, corrijan, que aún están a tiempo, este disparate y de paso ejerzan un control fitosanitario mas riguroso en los puertos y empresas importadoras de plantas y animales vivos, en lugar de organizar despiadadas matanzas de nuestras ancestrales cabras guanilas. Estaremos atentos para ver quienes son los cazadores que van a participar y si alguno viene de fuera, o es "amiguete" de alguien.

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