Miguel Díaz-Reixa: Ajustar cuentas con el pueblo griego, freírlo

5 jul 15. Según BBC.com, cuando en 2010 el exprimer ministro Papandreu pidió a la canciller Merkel unas condiciones menos duras para la ayuda de emergencia, esta le dijo que no: el plan de ajuste "tenía que doler" –una vieja visión Rottenmeyer-, tal como relató aquel al diario The Wall Street Journal-; "tenemos que garantizar que nadie más vaya a querer esto", morosidades, despilfarro, etc. –habría recalcado Merkel, según Papandreu-.

La distancia entre las posiciones de Merkel y Tsipras es mucho mayor que con el expremier; en su delirante rigor mortis, la canciller alemana calificó de "generosa" la propuesta de la Troika que el premier griego consideró "humillante", amenazando además con expulsar del euro, de la eurozona y de la aurora del mundo, a Grecia. De la misma opinión –humillante: las ofertas envenenadas, sólo pueden buscar eso-, son dos premios Nobel de Economía, de orígenes teutones, pero yankees –sin izquierdismo alguno-, Steiglitz y Kruger. Y algo muy parecido dice el sensato Galbraith, maestro-amigo del ministro de Finanzas griego Varoufakis. Todos opinan que la terapia ha agravado la situación del enfermo.

Se trata no ya de freír a Grecia –en expresión de un amigo-, sino de freír a Tsipras y Syriza. En el ring de este combate, no se está disputando cómo resolver el problema, sino parece ser de ajustar cuentas con el pueblo griego por haber votado a Syriza: que le duela, por ¡haber colocado en el Eurogrupo a un disidente!...

Lo que está ocurriendo en el ring es histórico. Hace doscientos años, 6 generaciones sólo, los médicos obligaban a la aplicación de sangrías –provocar hemorragias mediante sanguijuelas o copas de succión ¡aplicadas por un barbero, no por el galeno!- para purificar de supuestos humores pútridos, la sangre, estancada en secretos rincones del cuerpo, etc.: ese era el medio de curar las dolencias orgánicas o infecciosas, estúpidamente, con el que se debilitaba al enfermo para que se auto-revitalizara después comiendo. Lo único real que producía las sangrías es un bajón térmico severo en el cuerpo… Ningún otro beneficio posible. Pero se aplicó durante 18 siglos.
No sé si me siguen en la metáfora, que es muy deliberada. Creo que muy clarita.

Actualmente la sangría solo se aplica en casos muy concretos como la hemocromatosis –¿me siguen?-, para eliminar el exceso de sangre que provoca esta enfermedad, pero recibiendo a cambio una compensación de plasma para evitar los efectos de esa pérdida de sangre en el organismo. Lógico, verdad?; pura economía de los recursos vitales.

Un primer problema es que los especialistas en economía, a diferencia de los médicos, aun no aceptan que su conocimiento no es científico, y matan así impunemente haciendo sangrar a los países; en el último lustro largo han hecho una hemorragia mundial, que algún día les tendrá que pasar factura. Defienden una teología –como hacían aquellos médicos sanguinarios-, que consiste en decir amén a todo lo que viene dictado en lenguaje dogmático desde sacerdocios regios como la Troika.

El segundo problema es que creen además que los ciudadanos no entienden de economía; estúpidamente creen que no entendemos un conocimiento cuya única parte científica son unas matemáticas de nivel medio: las 4 reglas aritméticas elevadas al cuadrado, como mucho, más ciertas fórmulas empíricas que a veces funcionan…; el problema es que otras veces no, y entonces suceden los derrumbes, que pagamos, con la vida, los propios inquilinos.

Y ya está, ¡no hay más secreto científico en la economía!, por ahora…; no se confunda: la econometría es muy científica, la política económica es empírica, mercantil, a veces sanadora. Y otras veces, no. El resto es la madeja mundial de compra-venta de dinero privado y corrupto, que se ha adueñado de la riqueza mundial y secuestrado el dinero público y el ahorro: o sea, los mercados y sus paraísos fiscales.

Los que dicen amén practican una teo-astrología que es, por su esencia, irreductible a ciencia. Porque precisamente de eso se trataba; como la lotería: ¡bueno sería que fuera fácil saber hoy qué combinación va a salir mañana del Euromillón! Los dueños del casino sabemos que son los Bilderberg y Cía., con China/Rusia esperando para acuñar moneda. Hacia otoño declararán cuánto oro tienen en sus reservas, tras décadas acumulándolo.

A menudo, al economista le pasa como a los médicos: acierta más en el diagnóstico que en el tratamiento. En todo caso, nunca quiere consultar al enfermo, porque él no entiende, no sabe, qué le pasa. Y el progreso de la medicina es ralentizado por intereses políticos o corporativos, como ocurrió con el tabaco (o los contaminantes): la nicotina se descubrió en 1828, pero no fue hasta ayer que supimos que el tabaco es nocivo: tras batallas heroicas como la que se está librando en Grecia.

A la economía le pasa igual, está mediatizada por el poder. Los ministros de Finanzas de la eurozona dicen que el problema es que el enfermo aún no ha completado la sangría de tratamiento, después de cinco dolorosos años de hemorragia: debilitamiento y un bajón térmico del 25 % y un galope del desempleo sólo comparable …a Canarias, la colonia española euro-perfecta.

Eso es lo que está pasando en Europa-Grecia. Intereses de poder, de la vieja política, frente a la esperanza democrática: Syriza. Y Podemos. Y otros euroescépticos en Italia, donde podríamos ver una Italexit el año que viene, tras el Grexit con el que Merkel amenaza. Y un Españexit intermedio…

En vísperas del referéndum, lo que se votará es algo “más grande que la crisis financiera griega, más grande incluso que el futuro de la eurozona" (Katy Adler, editora para asuntos europeos de la BBC, desde Atenas): el tiempo nuevo, el nacimiento o muerte, de la democracia moderna. Si gana el NO –por favor Grecia, hazlo posible: vota por todos los europeos contra ellos-, mantis Lagarde deberá ser expulsada del Olimpo; y lo mismo salamandra Draghi del BCE, y algún otro bicho –si no lo expulsan antes los neonazis-.

El Monte (Archipiélago Canariio), 3.VII.2015.
Miguel Díaz-Reixa