La más deseada

12 dic 14. Por ella todos esperan; de ella depende que todo cambie. Por ella aguardan las contadas voces que claman a los cuatro vientos los nombres de los culpables; es la más deseada. Es un ente complejo; no es como el mar, simples gotas de agua que agrupadas forman un todo invencible capaz de ostentar al unísono vida, belleza y destrucción. Es la gente.

La gente es otra cosa, millones y millones de individuos moldeables, manipulables, frágiles y fáciles de engañar. Unos no saben que no saben, otros creen que saben y no saben, otros no quieren que se sepa que no saben. Muchos no quieren saber.

Unos pasan días en centros comerciales adorando al becerro de oro que se está comiendo el planeta, o intoxicando su mente frente a la caja tonta mientras les cuela un bombardeo publicitario para inmunizarlos ante la pobreza física y moral y ante la violencia cotidiana, adorando a Messis y Ronaldos y a la prolongación de su ego en forma de coche último modelo, o con el móvil pegado a la oreja y tragando comida basura alardeando de progresos en sesiones de tortura muscular.

Algunos dicen ser intelectuales. Estos ya no se mojan, se creen superiores, están en otro plano, por arriba del hombro, son memos. No discutas ni pongas en duda sus palabras porque hablan para que no se les entienda. Algunos de estos han sido bien instruidos para tirar de manual del sistema.

Los hay fanáticos, hooligans de añorados gallegos en blanco y negro, de previsibles gaviotas azules o de capullos rojos que proclaman su falsa progresía, de menceyes modernos con tarjeta visa; para estos no hay vida más allá de la bandera que enarbolan.

Los hay guerrilleros y rebeldes, son los menos, disparando a moscas a cañonazos. Tiran de manual dogmático del rojo ajado o del verde taliban.

Entre la gente también hay quienes dignifican el nombre de esta especie, faltaría más. Son los cándidos, de buen corazón y limpia mirada, admirables; los más esperados si no fuera porque su pasividad y su eterno silencio cómplice les petrifica de por vida en el mismo sitio.

Entre los cándidos abunda la esperanza de una vida dedicada a labrar su salvación cuando su alma se vaya de su cuerpo. Incapaces de esforzarse por quitarse de encima la bota que les pisa.

Si la bipolaridad y el enfrentamiento izquierda-derecha, rojos-azules, verdes-negros, Madrid-Barza, hombre-mujer... es la táctica más vieja del mundo para mantenernos enfrentados con el de al lado, inmunes al caos de este mundo para no mirar hacia arriba donde está nuestro enemigo común ¿qué hacer para ser como el mar?